Acaba de darse un paso importante en la búsqueda de las razones detrás de las discapacidades intelectuales y el autismo en los niños.
Los científicos de la Universidad Northwestern, en las afueras de Chicago, descubrieron por qué estas afecciones se desarrollan en el cerebro naciente, lo que aumenta las esperanzas de que se pueda encontrar un tratamiento mejor para ellas.
Los investigadores determinaron que las mutaciones en un gen llamado Usp9x hacen que el cerebro produzca menos sinapsis, las uniones entre las neuronas que transmiten y reciben señales eléctricas. Ello provoca como resultado una disminución de la comunicación entre las células cerebrales, lo cual es crítico para el aprendizaje.
Los niños con la mutación no solo muestran retrasos en el desarrollo y dificultades de aprendizaje, sino que también aumentan la ansiedad y la hiperactividad.
«Hemos resuelto una pieza importante del rompecabezas para comprender cómo esta mutación causa discapacidades intelectuales y enfermedades mentales», dijo Peter Penzes, director del Centro para el Autismo y el Neurodesarrollo de la escuela de medicina de Northwestern y autor principal de un artículo sobre el tema que se publicará el jueves en la revista Neuron.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), 1 de cada 59 niños en los EE.UU. es diagnosticado con trastorno del espectro autista (TEA), una discapacidad del desarrollo que afecta la comunicación, el comportamiento y la interacción con otras personas. Los niños tienen cuatro veces más probabilidades de ser diagnosticados que las niñas, y los síntomas generalmente aparecen en los primeros años de vida de un niño.
La asociación Autism Speaks dice que el 31% de los niños en el espectro tienen una discapacidad intelectual. Los CDC señalan que, si bien actualmente no existe una cura para el TEA, el diagnóstico temprano y la intervención pueden mejorar el desarrollo.