Las posibles dificultades en el lenguaje en niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) se pueden reflejar de manera muy heterogéneas. Hay niños que pueden presentar severos problemas a la hora de utilizar el lenguaje oral como medio de comunicación y requieran un sistema alternativo y/o aumentativo (SAAC) para poder comunicarse en su entorno más directo, y otros pueden presentar dificultades a nivel morfonsintáctico, en los prerrequisitos del lenguaje o en la literalidad del lenguaje.
En todos estos casos, una intervención logopédica es fundamental para dotar al niño o niña de diferentes estrategias y herramientas para poder comunicarse en su día a día.
En primer lugar, la logopedia interviene en los prerrequisitos del lenguaje, los cuales son diferentes habilidades que se desarrollan previamente a la aparición del lenguaje y que son fundamentales para conseguir una correcta adquisición de éste. Los niños con TEA suelen presentar dificultades a la hora de centrar la atención en la persona que les está hablando, en respetar turnos o en la intención de comunicarse con el otro.
Hay niños con TEA que pueden presentar dificultades a la hora de construir oraciones sintáctica y morfológicamente correctas a la hora de describir situaciones o en la comunicación espontánea. En este caso, la intervención logopédica les ayudará a conseguir una mayor fluidez y correcta construcción de las diferentes estructuras sintácticas para que puedan usarlas en su día a día.
Por otro lado, en el caso de que se considere apropiado para el niño o niña, el logopeda podrá trabajar con él implementando un SAAC como herramienta de comunicación para él. El logopeda se encargará de introducir este nuevo sistema de comunicación, trabajar con el paciente el modo de comunicarse con él y hacer que la comunicación con este sistema sea correcta y cada vez más fluida con las diferentes personas de su entorno.
El logopeda también se encargará de trabajar la pragmática del lenguaje, uno de los componentes del lenguaje que más necesidad de tratamiento suelen mostrar los niños con TEA. La pragmática hace referencia a cómo se usa en el lenguaje en el día a día, y cómo éste varía dependiendo del contexto en el que se use, a la persona a la que se esté hablando, la situación del momento o la información compartida. En muchas ocasiones los niños con TEA presentan dificultades que afectan a este componente del lenguaje, mostrando problemas para diferenciar la manera en la que deben usar el lenguaje en diferentes momentos, en la comprensión del lenguaje no literal o al ponerse en el lugar de otra persona y poder decir lo que sienten o piensan.
Por tanto, el TEA presenta una amplia posibilidad de enfoques en la intervención logopédica. Dependiendo del perfil de cada niño o niña con TEA, debe ser el logopeda quien marque diferentes objetivos en el tratamiento y priorice en los que más necesidad tiene el paciente de conseguir.
Luis Rojas Céspedes
Logopeda Fundación Querer