Querido diario: septiembre ha terminado.
Parece increíble que ya hace un mes comenzara un inicio de curso y que en estos momentos, tras un intenso trabajo, mucha ilusión, retos y proyectos abiertos… haga una parada para reflexionar sobre estos 30 primeros días.
Querido diario: un mes da para mucho. Superados los primeros momentos de emoción, nervios y por qué no decirlo: de cierta intranquilidad. El tiempo ha dado paso a la serenidad y a la estabilidad que el día a día permite; la serenidad viene por esa capacidad de observar las situaciones con la experiencia y de buscar inmediatamente la solución al “problema”, por lo que si ya está solucionado, el problema no existe. Diario, no quiero expresarme mal haciéndote entender que todo es tranquilo y que no hay incidencias en todo momento: ¡para nada!, pero sí que hay que dar el valor adecuado y en cada medida.
Este paso de los días nos ha traído diferentes momentos y situaciones, algunas forman parte de la logística y de la marcha del cole: llegada de material, mobiliario que se nos entrega equivocado, horarios que hay que ajustar, pero desde luego con lo que me quedo es con el lado humano y emocional. Ya os conté que nuestros alumnos son muy especiales y cualquier pequeño cambio en algunos de ellos para nosotros es un gran avance; no puedo dejar pasar cuando recibí el primer contacto visual de mi pequeño “A”, seguramente si tuviera que elegir un momento de este mes sería ese, querido diario, no quiero ponerme sentimental…
¿Sabes que ha llegado el otoño? Con él han comenzado las actividades relacionadas con esta estación que nos brinda ese abanico de colores, las clases se han comenzado a llenar de murales que representan todo aquello que podemos encontrar con su llegada. Me encanta ver cómo el Cole ha ido cogiendo vida y cómo cualquier acontecimiento se transforma en un sinfín de actividades. Hablando de actividades: ¡¡¡tenemos huerto!!!, no sabemos si seremos capaces de llegar a la última fase: cosecha, pero ahora mismo estamos en el momento de plantar y es muy divertido. Tenemos coles de bruselas, apios y coliflor y para poner un toque de color; dentro de un invernadero hay fresas. Querido diario: ya sabes que yo iré hacia las fresas porque tanta tonalidad verde en mi menú me cuesta.
Querido diario: te escribiré pronto.
Susana Lominchar Jiménez
Directora de El Cole de Celia y Pepe