Aunque cada vez está más extendido, el papel del trabajador social continúa siendo un desconocido para la mayoría de personas que nunca han necesitado este tipo asistencia. No obstante, el rol del estos profesionales se convierte en indispensable para muchos pacientes y sus familias a la hora de salir adelante tras recibir un diagnóstico. En el ámbito de la discapacidad, son decenas de ayudas y recursos que las diferentes Administraciones ponen al servicio de quienes lo requieran, pero en la mayoría de casos, los pacientes no tienen capacidad de acceso a esta información si no es a través de un trabajador social.
Pero no sólo de ayudas va la cosa. En lo que respecta al ámbito de la discapacidad, el trabajo social persigue la promoción de la autonomía y la inclusión social de estos pacientes. Su labor se extiende a la identificación de necesidades específicas, la coordinación de servicios médicos, educativos y sociales, así como la defensa de los derechos de sus clientes. Así, la presencia del trabajador social contribuye significativamente a superar barreras y enfrentar los desafíos que las personas con discapacidad y sus familias puedan enfrentar, fomentando así una sociedad más equitativa y justa.
Acompañar, guiar, escuchar, aconsejar… Son algunos de los conceptos que forman parte del día a día de los trabajadores sociales. Ésto se debe, en parte, a la diversidad de funciones que desempeñan, abarcando diferentes contextos como la salud, la educación y los servicios sociales. Además, la labor del trabajador social a menudo se lleva a cabo de manera discreta, sin un protagonismo mediático que llame la atención del público.
Para conocer más esta figura tan importante, charlamos con María Grandmontagne, trabajadora social de la Fundación Querer.
Bienvenida al equipo, María. Preséntese para quien no le conozca.
Nacida al otro lado del mediterráneo (Ceuta), llevo en Madrid desde hace cuatro años por motivos laborales. Y si tuviera que definirme en 3 adjetivos, serían: vital, racional y fiable. Entrada en la treintena, pero con alma de veinteañera. De gustos sencillos pero variados y procurando siempre salir de mi zona de confort.
¿Cómo afronta unirse al equipo de la Fundación Querer?
Con mucha ilusión, ganas y entusiasmo por formar parte de éste gran iniciativa social.
¿Por qué se decantó por el trabajo social?
En un principio, mi foco estaba dirigido a enfermería con la especialidad de quirófano. Tenía muy claro que mi rol vital era el de ayudar al prójimo pero por diversos factores socio – contextuales, vi que la mejor carrera que se adaptaba y más tenía que ver con mi forma de pensar y ser era ésta.
Para quien no lo conozca, ¿en qué consiste el rol del trabajador social?
El rol del trabajador social te lo podría sintetizar en tres frases: buscadores de recursos y servicios, ante cualquier problema / demanda, elaboramos soluciones y trabajamos en pro del desarrollo holístico y transversal del ser humano. En cuanto a las competencias, son numerosas. Entre ellas te puedo decir: el apoyo a las personas para que sean capaces de manifestar las necesidades, utilizar la mediación como estrategia de intervención destinada a la resolución alternativa de conflictos, fomentar el desarrollo y promoción de las personas, entre otras.
¿Qué características debe albergar un buen trabajador social?
Te podría nombrar una larga lista, pero, en resumen: empatía, capacidad de escucha, determinación, ser resolutivo y alta capacidad de gestión, entre otras.
¿Considera que el gran público aún desconoce esta figura?
Sí y no. No se desconoce la figura, ya que llevamos décadas en acción. Años atrás éramos conocidos como “Asistente sociales”; pero sí es verdad que aún se desconoce en ciertos sectores nuestro rol al completo.
Son uno de los primeros profesionales con los que los padres interactúan tras recibir un diagnóstico. ¿Cómo viven este momento?
Es una gran responsabilidad por nuestra parte ya que, en ese momento, las emociones – como es lógico – están a flor de piel y el momento no es sencillo. Se ha de saber muy bien cuál va a ser el discurso que se va a emitir y cómo se va a manejar la situación. Pero, al menos para mí, lo más importante es empatizar, no forzar y otorgar el tiempo que sea necesario para que la comunicación y la relación entre profesional y usuario fluya.
Por su experiencia, ¿cree que los pacientes y sus familias desconocen la mayoría de los recursos y ayudas que tienen a su disposición?
Te diría que influye mucho la red comunitaria que tengan. Porque el hecho de que diferentes familias se encuentren en la misma o parecida situación hace que se comparta ese conocimiento sobre los recursos. No obstante, los trabajadores sociales informamos sobre la cartera de servicios y recursos existentes.
En el ámbito de la discapacidad, ¿qué ayudas esenciales, o que consideres imprescindibles, son desconocidas la mayoría de los pacientes?
Me vas a permitir que le dé la vuelta a la pregunta, para mí donde existe mayor desconocimiento es en los procedimientos de solicitud tanto para el grado de dependencia como el de discapacidad. No obstante, y para todos aquellos que nos leen, comunicarles que existe y es pública una cartera de servicios de la Comunidad de Madrid en donde aparecen todos los recursos y servicios que existen en la misma.
¿Cuáles son las barreras más comunes a las que se enfrentan las personas con discapacidad y sus familias, y cómo trabajan para superarlas?
Pues te puedo mencionar desde barreras arquitectónicas, falta de profesionales especializados en las aulas de CEIP público, los cambios en los menores de la niñez a la adolescencia… siendo la mejor manera de abordarlas, implementando la metodología del trabajo social con familias y comunitario.
En la Fundación Querer está en contacto con los entornos de pacientes diferentes casos de trastorno del desarrollo. ¿Cuáles son las competencias clave que consideras esenciales en sutrabajo para brindar apoyo efectivo a los niños con discapacidad y sus familias?
Sobre todo, el conocimiento de estos trastornos para poder llegar a comprender a los pacientes y a sus familiares; en segundo lugar, saber cómo y qué preguntar para obtener información útil, la cual ayudará a realizar un mejor diagnóstico y en consecuencia un mejor tratamiento del caso.
Por parte de las familias y pacientes, ¿cuáles son las demandas o preocupaciones que más os trasladan?
Son diversas, pero en líneas generales, información sobre los recursos y servicios existentes, orientación ante diversas situaciones comportamentales ya sean en un momento puntual o de cara al futuro y todo lo que engloba el área de autonomía y ese proceso de transición a la vida adulta.
¿Cómo percibe la importancia de la sensibilización y la educación pública en torno a las cuestiones relacionadas con la discapacidad?
Es clave para concienciarnos sobre la importancia de crear una sociedad más comprometida y adecuada.
¿Existe una relación directa con otros profesionales, como médicos, terapeutas y educadores, para garantizar una atención integral y coordinada?
Por supuesto. De hecho, es imprescindible para realizar nuestro trabajo. Tenemos y debemos que funcionar en red. Las opiniones de todos los profesionales que componen el equipo se han de tener en cuenta para llevar a cabo una intervención adecuada y eficiente.
El trabajo social combina el lado más emocional con el perfil gestor. En muchos casos, la enorme burocracia puede echar para atrás a las familias. ¿Qué papel juega el trabajo social en este aspecto?
En este caso, los trabajadores sociales sacamos nuestro rol orientador e informador. Además de acompañar en todo el proceso. Obviamente, nos encontramos a disposición ante cualquier imprevisto, duda, demanda o necesidad que surja durante el proceso.
Test rápido, para conocerle un poco más.
-Una canción: “My stupid heart – walk off the earth”.
-Un libro: “El niño del pijama de rayas”.
-Una película: “El irlandés”.
-Una comida: New York Cheesecake.
-Un restaurante: Tipika – Restaurante de comida peruana.
–Un rincón preferido de cualquier ciudad: El mirador de San Nicolás, en Granada.