Os dejamos unas pautas que se pueden integrar fácilmente a la rutina diaria y que son importantes para darles a los niños en general y sobre todo a los que necesitan un poco más seguridad a la hora del aprendizaje del lenguaje:

Es conveniente hablar más despacio de lo habitual, pero sin romper nuestra entonación, acento o tono. No se trata de hablar como robots. Además, debemos pronunciar claramente las palabras, exagerando ligeramente la pronunciación de los sonidos

Usar frases sencillas adaptadas al nivel de producción y comprensión del niño

Dar auto-instrucciones en voz alta: es decir, nosotros hablamos de lo que estamos haciendo de forma que el niño está recibiendo modelos simples de lenguaje acompañados de alguna acción (por ejemplo, cuando estamos recogiendo la ropa de la colada, vamos diciendo a la vez cosas del tipo «voy a coger la camiseta azul», «aquí están los pantalones de papá..»)

Habla paralela: Se trata de que adulto hable sobre lo que el niño hace a modo de acompañamiento de sus interacciones (si el niño está guardando los juguetes en su habitación, nosotros iremos diciendo en voz alta que «el niño está cogiendo el camión rojo», «¡qué bien guarda la pelota en su sitio!»…).

Repetir lo que dice su hijo para demostrar que lo entiende y añadir nuevas cosas a lo que dice. Usar palabras como «¿Quieres zumo? Tengo zumo. Tengo zumo de manzana. ¿Quieres zumo de manzana? Para enseñarle y ampliarle la forma correcta del lenguaje

También podemos recalcar las palabras o tipos de frases que queremos que el niño aprenda a decir mejor, repitiéndoselas a menudo de un modo natural y de varias formas distintas, pero con el mismo mensaje («mira el coche», «aquí está el coche», «el coche hace brummmbrummm», «¡como corre el coche!»…)

Podemos sacar imágenes de sus cosas favoritas o familiares. Organizarlos por categorías, como cosas para montar, cosas para comer y cosas para jugar. Hacer fotos adicionales que no tengan nada que ver e ir mezclando y combinando imágenes. Combinando una foto de un perro al volante de un coche. Hablar sobre lo que está mal con la imagen y las formas de «arreglarla».

Ayudar a su hijo a mejorar la comprensión y a saber hacer preguntas. Jugando por ejemplo al juego de sí – no. Hacer preguntas tipo «¿Eres Jorge?» y «¿Puede un cerdo volar?» Intentar que su hijo haga preguntas y trate de engañar a los demás.

Hacer preguntas que incluyan una opción. «¿Quieres una manzana o una naranja?» «¿Quieres usar tu camisa roja o tu camisa azul?»

Ayudar a su hijo a aprender nuevas palabras, nombrando partes del cuerpo y hablar sobre lo que hacer con ellas. «Esta es mi nariz. Puedo oler las flores, las galletas y el jabón

Cantar canciones sencillas, y recitar rimas infantiles. Esto ayuda a su hijo a aprender el ritmo del habla

Colocar objetos familiares en una caja. Haga que su hijo saque uno y le diga su nombre y cómo usarlo. «Esta es mi bola. Rebota. Juego con ella etc.

Mostrar imágenes de personas y lugares conocidos. Habla sobre quiénes son y qué pasó. Intenta inventar nuevas historias en la que el pueda participar.

Jugar a juegos que impliquen soplar, como bolitas de papel, por una pajita, flautas o pitos para desarrollar la musculatura y la posterior coordinación fono-respiratoria.

Recordad que es importante hablar con el niño pero sin exigencias ni presiones para que lo haga; muchos de los problemas del lenguaje surgen por las expectativas que inevitablemente tenemos, sin pensar en las capacidades y motivaciones del niño y en su correcta estimulación.

 

 

Nicole. Logopeda del Cole de Celia y Pepe.