Esto pasa cuando niños y padres hacen mates juntos
En realidad, lo de menos en toda esta historia son las matemáticas. En realidad, lo de más es que, durante 2 horas, se miraron y admiraron. En realidad, mi objetivo era matemático, era que los padres vieran que sus hijos podían pensar, razonar y llegar a conclusiones por sí mismos. Y eso ocurrió, sí. Pero fue lo de menos. En realidad, a posteriori, puedo decir que definí mal el objetivo inicial.
El objetivo inicial iba destinado a preparar la mente de los más pequeños para establecer relaciones matemáticas y a confirmar en la mente de los más mayores el por qué de eso que ya sabían y aprendieron en el cole.
El objetivo real, el que puedo definir tras ver lo que pasó, es este:
Dedicar cada día un ratito a mirarnos desde fuera con nuestros hijos. Hacer el ejercicio de salirnos del cuerpo y mirarnos con ellos. Ver cómo te mira y ver cómo le miras. Ver cómo le miras con orgullo y ver cómo te mira con admiración.
Independientemente de cómo haya ido el taller, de haber conseguido o no lo propuesto inicialmente, la realidad es que yo os vi a todos desde fuera y viendo la admiración de unos y el orgullo de otros pasé dos horas dirigiendo la actividad con un nudo de emoción en la garganta. Sé que este tono cursilón no es el que acostumbro a usar en mis entradas pero necesitaba decirlo. Ahora me pongo “serio” y contamos qué paso antes, durante y después de esta jornada tan bonita que mezclaba juego y trabajo “trabajuego”.
1 MES ANTES DE LA ACTIVIDAD. ENTRADA EN EL BLOG
¿Sabes qué, Carlos? Que me apetece montar un taller de padres con hijos aunque, como quiero que el peso lo lleven los hijos, lo llamaré: “Taller para niños (y sus padres)”. ¿Por dónde empiezo? ¿Cómo lo organizamos?
Decidimos que lo primero era escribir una entrada en el blog sobre qué era eso del taller, cómo lo haríamos, qué metodología emplearíamos…
A primerísimos de octubre empecé a escribir la entrada y la publicamos el día 7 de octubre. En ella derivábamos a la página de solicitud de información. El taller llevaría por título “Las matemáticas son un rollo… ¡De papel higiénico!” Y es que, el material principal para el desarrollo del taller sería el papel higiénico y el papel de cocina.
20 DÍAS ANTES DE LA ACTIVIDAD. PRIMERAS PETICIONES DE INFORMACIÓN
Según publicamos el artículo mi buzón de entrada se desborda de peticiones de información. Me llama la atención la recepción de 4 correos de gente interesada en asistir vía on line al taller (procedencia de los correos Méjico y Perú). Mi sorpresa es mayúscula al ver que un blog que tiene como pretensión principal compartir mis cositas de aula, mis reflexiones (infantiles en muchas ocasiones) tiene a gente al otro lado del charco leyéndome. Obviamente no tenía sentido asistir virtualmente a un taller en el que el movimiento y la actividad fue la tónica general pero no negaré que me hizo ilusión recibir estas peticiones.
Segunda sorpresa: un gran número de peticiones de información de familias que tenían un punto en común: Alguno de sus hijos tiene algún trastorno visual, casi en paralelo recibo un whatsapp de una amiga que no quiere nunca que diga su nombre porque se muere de vergüenza así que respetaré la intimidad de Alicia. El caso es que esta amiga “sin nombre” tiene un hijo ciego y el whatsapp decía textualmente así:
“Buenas majo. Me he permitido la licencia de reenviar el curso para padres a un grupo de padres que tenemos niños ciegos… No sé si saldrá algo, pero creo que lo que haces es perfecto para ellos”.
A partir de ese momento nadie es consciente de, hasta qué punto, me motiva el mensaje de Alicia (perdón, de mi amiga sin nombre) y empiezo a pensar modos de adaptar la actividad para que todos puedan participar. Pobres de mis hijos que son siempre conejillos de indias:
El caso es que, finalmente, les coincidía con un evento ONCE y sí o sí buscaremos una fecha para hacer el taller. Será maravilloso (sácate la canción de la cabeza)… Digo que será maravilloso que ese día, cuando tengamos ese taller para niños con padres, podamos juntarnos todos y descubrir juntos que las relaciones matemáticas se establecen gracias a nuestras manos y nuestra mente. Conseguiremos hacer cosas con la mente que jamás pensarías. Primero tocaremos, luego generaremos la imagen mental y luego… ¡Ya verás! ¡Ya verás con tus manos y con tu mente todo lo que puedes conseguir!
Total, que empezamos a recibir inscripciones y, mucho antes de lo previsto, completamos el aforo.
Total de adultos: 11
Total de niños: 14
Rango de edad de los niños: entre 4 y 10 años
Rango de edad de los padres: Cuarentañeros, algunos treintañeros
1 SEMANA ANTES DE LA ACTIVIDAD. ORDENANDO IDEAS
Durante 1 mes llevo anotando ideas en la típica aplicación de “notas” del móvil. Los que me conocéis sabéis que soy absolutamente caótico y mi bloc de notas llamado “taller papel” se llena de ideas, propuestas, y mil cosas todas desordenadas por el momento pero que empieza a tomar forma en mi cabeza:
Mirad, este es el estado de las notas iniciales (solo algunas de ellas):
Como veis había ideas para otras dos horas más de taller pero hubo que acortar.
Empiezo a ordenar las ideas y a hacerme el itinerario en papel (sí, sigo necesitando el papel y el lápiz para interiorizar los procesos): Este es el guion, que una semana antes estaba ya decidido. Los que no me conocéis diréis: ¡qué barbaridad! ¡Vaya letra! ¡No hay quién lo entienda! Pues esto ha estado conmigo día y noche desde hace 1 semana. Y por supuesto está en mi carpeta de «apuntes en limpio» 😉
2 DÍAS ANTES DE LA ACTIVIDAD. VISITO CHUPETINES
Mi frase más repetida 2 días antes es “estoy atacao”. A lo que la gente me dice: “¡¿pero si estás acostumbrado a hablar en público y a hacer este tipo de cosas con cientos de personas?!” Pero esto es distinto, muy distinto. Lo distinto y desconocido me causa miedo e incertidumbre.
Me acerco a Chupetines a ver espacios, pensar cómo organizar los equipos, etc. Salgo de allí con la sensación de que todo va a ir bien. El espacio es estupendo y podremos hacer todo lo previsto.
A pesar de quedarme tranquilo en ese aspecto sigo “estando atacao”.
EL DÍA ANTES. LA LISTA DE LA COMPRA
Faltaban algunos detallitos por comprar. En especial uno que nunca he sabido como se llama. ¿Sabéis ese juguete que tiene un palo con una rueda con una pelota dentro? Sí, hombre, ese que tienen los niños de 2 o 3 años… Este:
Si alguien me ilustra con el nombre lo agradeceré. Yo lo llamo palo con rueda (Google lo llama correpasillos aunque para mí un correpasillos es otra cosa).
Bueno, el caso es que el palo con rueda ¡no podía faltar! ¿Sabéis cuantísima matemática se esconde en palo con rueda?
Todo listo. Todo preparado. El taller va a comenzar.
EL DÍA DEL TALLER. ¡NIÑOS CORRIENDO, SALTANDO, PENSANDO!
Llegué un rato antes, dejé colocados los materiales. Las clases preparadas, las etiquetas de nombres listas y el orden del día colgado en sitio bien visible:
Empiezan a llegar a las familias. Por un momento me recordó a gran hermano porque mientras estaban los primeros ya con sus pegatinas y curioseando un poco el entorno dijeron: “mira, parece que llega alguien más”. Poquito a poco fueron llegando todos y nos sentamos en el suelo (tipo asamblea)…
Desde aquí y para todo profe que lo lea: ¡NO ELIMINÉIS LA ASAMBLEA EN PRIMARIA! Es maravilloso (ya ha vuelto la canción a tu cabeza). Decía que es maravilloso sentarse al nivel de los niños, mirar a cada uno, hablar, contar, cantar… ¡No pasa nada porque tengan doce años! ¡¡¡Es que son muy mayores para estar así en asamblea con un cuentecito!!! ¿Seguro? Rastrea por el blog y busca “La verdadera historia del patito feo” que es un cuento que creé hace años para trabajar primos y compuestos ya verás como ese cuento les encaja y les pone a hablar, debatir, manipular… Claro que pueden hacerlo desde su mesa individual, pero, creedme, no es lo mismo, no eeeeeeeeees lo miiiiiiiismooo (ahora tienes dos canciones en la cabeza).
Después del cuento nos pusimos a jugar a trenes. En lenguaje adulto se trata de las propiedades de la multiplicación, la relación de la multiplicación con la división, la búsqueda del mínimo común múltiplo, todos los divisores de un número, la relación entre múltiplo y divisor, el máximo común divisor, las fracciones, la fracción de cantidad… Pero para los más pequeños solo eran trenes con vagones iguales que tenían una misión: Empatar. Aquí algunas fotos de ese momento:
Me encantó verles debatir, correr hacia la mesa dónde estaban los vagones, ir, probar, decidir si valía o no, volver, rectificar… Vamos, RAZONAR con mayúsculas.
Después pusimos palabras al juego. Unos hablaban de largo, corto, otros en términos de suma, otros en términos de multiplicación… La fase de verbalización fue sencillamente un momento maravilloso (😊).
Segundo juego:
Entonces cambiamos de aula. Aunque tocaba el juego de saltos, sobre la marcha decidimos adelantar el descanso y retomar fuerzas. Tras 10 minutos de descanso nos pusimos saltos a la obra.
Estiramos una gran recta numérica. Nos separamos en equipos y a saltar lo que ordenaban los dados.
¿Has sacado un 2? A tu equipo le toca saltar de 2 en 2.
¿Has sacado un 3? A tu equipo le toca saltar de 3 en 3.
Normas del juego:
- Empezamos saltando a la vez (a golpe de palmada).
- Tras el primer salto solo saltará el equipo que va por detrás.
- ¿Coinciden en un número? Todos aplaudimos y memorizamos donde hemos coincidido.
- Podríamos no llegar nunca al final porque los números no acaban pero llegamos hasta el final de la clase.
- Al acabar de saltar rompemos la recta y lanzamos por los aires todos los números (esto siempre triunfa). Todo lo que sea generar caos por un momento mola, mola mucho. No pasa nada por tener momentos de caos en clase. ¿Sabes por qué? Porque después de la tormenta siempre llega la clama… 😉
¿Y por qué rompimos? Aquí viene el siguiente juego.
Los saltos de 2 en 2. ¿Dónde cayeron los que saltaban de 2 en 2? Pues esos números los ponemos en el aro amarillo.
Los saltos de 3 en 3. ¿Dónde cayeron los que saltaban de 3 en 3? Pues esos números los ponemos en el aro azul.
Pero, de repente, oh, oh… ¿Dónde ponemos el 6, y el 12, y el 18…?
Antes de continuar, pequeño paréntesis.
UN PEQUEÑO PARÉNTESIS
Llegó un papá con su hija al taller. La niña tiene 10 años. Me comentó que a su hija no se le daban muy bien las mates y me dijo, “a ver si conseguimos que le gusten un poco más”.
Volvemos al desarrollo del taller anterior. ¿Dónde ponemos el 6, el 12, 18, el 24, el 30?
Si había un reto grande era comprender como conseguir que algunos números estuvieran a la vez en el aro amarillo y en el azul. Escuchar a los niños discutir y debatir cómo solucionar el problema fue increíble:
- Podemos partir el 6 en dos trozos y ponemos un trozo en cada aro decían unos.
- Otro decía, ¡no, eso no vale porque si partimos el 6 en dos trozos entonces es 3 y 3 y no podría estar en el aro del 2!
Yo contaba con que necesitarían ayuda e intervención de los padres pero, de repente, alguien hizo esto:
¿Adivináis quien lideró la actividad en cuestión? ¿Adivináis quién tomó las riendas del asunto y resolvió el enigma? ¡Exacto! Aquella niña a quién no se le daban bien las mates acababa de llegar a la representación razonada de que el 2 y el 3 tienen múltiplos comunes (que quedan ubicados en la intersección del aro de múltiplos del 2 y el aro de múltiplos del 3). Ahí quedaban el 6, el 12, el 18, el 24 y el 30. ¿Sabéis cuál es el menor de todos ellos? ¡El 6! O lo que es lo mismo, el mínimo común múltiplo de 2 y de 3 es 6. Si que es cierto que no llegó a intersecar los aros pero fue la única ayuda que necesitaron. Acercó los aros hasta que se tocaran. De algún modo sus manos decían: «Así está en ambos sitios a la vez».
Las mates se hacen con la cabeza y con las manos. No se hacen con lápiz y papel (bueno, sí, con papel higiénico).
EL DÍA DEL TALLER. RODANDO VOY, RODANDO VENGO
Cambiamos nuevamente de aula. Abrimos las mesas de comedor (alguno se despistó y pensaba que era otra aula diferente) y las forramos de papel continuo.
Primer reto: Dibujar una línea lo más recta posible. Bueno, pues lo intentamos… Recta lo que se dice recta no era pero sirvió para el reto propuesto.
Segundo reto: Elegir uno de los objetos que ruedan que teníamos por la clase. Había una caja circular, un quitapelusas, los palos esos con una rueda, botes de Pringles, cilindros de papel higiénico, Mi tapa del cubo de la ropa sucia… Bueno, cada equipo eligió lo que consideró.
Tercer reto: Línea “recta” trazada. Ahora toca graduarla utilizando como medida el diámetro del elemento circular elegido.
Cuarto reto: Hacemos una marquita en el elemento circular porque lo haremos rodar sobre la línea empezando en el cero. ¿Hasta dónde llega la primera vuelta? Y todos los equipos gritaban… ¡Un poco más del 3!
Ajá… Un poco más del 3 en mates es un número especialmente importante. Mi objeto daba vuelta entera cuando recorre un diámetro, dos diámetros, tres diámetros y un poquito. O lo que es lo mismo “3 y poquito veces el diámetro”. También llamado “PI x D” que es exactamente la fórmula que resuelve la longitud de la circunferencia. ¡Qué más da la fórmula de momento! Lo importante es que funcionaba con todos los objetos circulares.
EL DÍA DEL TALLER. ¡QUÉ PESADO, CORTA EL ROLLO!
Y eso hicimos. Cortamos el rollo y descubrimos un rectángulo. Cortamos el rectángulo y conseguimos otros dos rectángulos y cortamos cada nuevo rectángulo por la diagonal teniendo entonces 4 triángulos rectángulos.
Empieza el reto:
Recoloca los triángulos para formar el rectángulo.
Recoloca los triángulos para formar un rombo.
Recoloca los triángulos para formar un trapecio.
Recoloca los triángulos para formar un romboide.
¡PARA TODOS HEMOS UTILIZADO LA MISMA CANTIDAD DE PAPEL! ¿LA MISMA CANTIDAD DE SUPERFICIE! Ya llegará el momento de encontrar la relación entre las áreas de uno y otro cuadrilátero.
¡Tuvimos respuestas de lo más creativas!
EL DÍA DEL TALLER LLEGA A SU FIN. AL MATEMÁTICO MÁS HIGIÉNICO
Y llegó el momento de “decorar el cilindro” y transformarlo en una momia de Halloween. Teníamos cilindros, papel y ojitos adhesivos, pero no dio tiempo. Así que nos fuimos directamente a la fase de condecoraciones.
¡Enhorabuena al matemático más higiénico!
Lo mejor, el abrazo y beso que me llevé de cada niño.
Y EL DESPUÉS…
El después fue de recogida y limpieza pero con una enorme sonrisa en la boca.
Y solo queda una cosa por decir. ¡Quiero repetir con otro taller de hijos con padres! ¿Sabéis por qué?
PORQUE…¡SERÁ MARAVILLOSO!
Para leer el articulo original pincha aquí
Profe Bernabeu.
