En el marco de su compromiso por la divulgación y la sensibilización sobre el autismo, la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) se centra en visibilizar las particularidades del Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) en mujeres y niñas. Este esfuerzo busca no solo dar voz a quienes forman parte de este colectivo, sino también promover diagnósticos más precisos y una atención integral que responda a sus necesidades específicas. Para conocer más sobre las particularidades del TEA en mujeres charlamos con la neuropediatra Noelia Moreno.

¿Cuáles son las diferencias más notables en la manifestación del autismo entre mujeres y hombres?

En la última década el diagnóstico de los casos de Trastorno del Espectro del autismo (TEA) ha crecido de forma exponencial, especialmente en niñas y mujeres adultas. En promedio el diagnóstico se realiza de forma más tardía y tienen cuatro veces menos probabilidad de ser diagnosticadas con respecto al sexo masculino. La sintomatología en el sexo femenino es en ocasiones más sutil, puesto que la comunicación y la competencia social suele ser mejores en las niñas que en los varones afectos de TEA. Además, los intereses restringidos y los comportamientos repetitivos típicos del trastorno suelen ser de menor intensidad. No es infrecuente que las niñas y mujeres con TEA sean capaces de “camuflar o enmascarar” sus síntomas en grupos sociales, usando la imitación social para integrarse en los mismos. Forzando el contacto ocular, creando “guiones” para iniciar conversaciones o imitando expresiones faciales o gestos logran “compensar” sus síntomas.

¿Por qué el autismo en mujeres tiende a ser diagnosticado con menos frecuencia o a una edad más tardía que en los hombres?

Varias son las causas. Como hemos señalado antes las señales o síntomas clínicos que presentan suele ser más sutiles, haciendo que en muchas ocasiones pasen desapercibidas o reciban un diagnóstico erróneo en muchos casos. El fenómeno de enmascaramiento, el mayor deseo de sociabilidad y una comorbilidad más acusada a nivel emocional con respecto al género masculino influyen en el retraso del diagnóstico. Igualmente los instrumentos estandarizados más utilizados para el diagnóstico de TEA, como el ADOS-2 y ADI-R, presentan un menor sensibilidad en niñas y mujeres con autismo , sobre todo en aquellas que presentan una mejor habilidad cognitiva. Una evaluación en varias sesiones pueden minimizar el sesgo de interpretación de los resultados y mejorar el diagnóstico en muchos casos.

¿Qué características del autismo pueden ser únicas o más comunes en mujeres?

Una sintomatología más sutil, sumada a unas mejores habilidades sociales y lingüísticas con intereses restringidos más leves y mejor aceptados a nivel social así como menos problemas de conducta, son características frecuentes mujeres con autismo. La hiperactividad y problemas de conducta se asocian con mayor frecuencia en el sexo masculino, siendo las dificultades emocionales como la depresión o ansiedad así como los trastornos alimentarios (bulimia o anorexia nerviosa) más frecuentes en el femenino.

¿Cómo influye el camuflaje social en el diagnóstico del autismo en mujeres y qué impacto tiene en sus vidas?

El “camuflaje social” es una estrategia que utilizan las niñas y mujeres con autismo para integrarse en su grupo de iguales así como en la sociedad cuando son adultas. Aunque lo suelen llevar a cabo de forma inconsciente, de esta forma “ocultan” sus comportamientos no neurotípicos, haciendo que sus dificultades en el ámbito social, emocional o conductual, pasen más desapercibidos, en un intento de no sentirse diferentes y ser aceptadas por el grupo. Imitar expresiones o gestos, preparar ciertas conversaciones o forzar el contacto ocular en las interacciones sociales, son algunas de las maneras de expresar este “enmascaramiento”.

¿Existen diferencias en los tipos de apoyo y terapia que las mujeres autistas pueden necesitar en comparación con los hombres autistas?

Hay tantos tipos de autismo como personas con autismo y por ello las intervenciones deben ser individualizadas para cada caso en particular. Es importante dotar a las niñas y mujeres de herramientas para prevenir o manejar ciertas situaciones que puedan afectar a su calidad de vida y salud mental, como ciertas conductas violentas o abusivas o el acoso escolar al que en muchas ocasiones están expuestas. Las terapias de estimulación, habilidades sociales y de gestión emocional y en muchos casos logopedia, forman parte de tratamiento habitual en la edad infantil. La terapia de habilidades sociales, la educación psicoactiva y asertividad serán pilares fundamentales en la intervención terapéutica en la edad adulta. Igualmente en ciertas ocasiones será preciso el apoyo farmacológico como parte de la terapia integral de estas pacientes.

¿Cómo pueden los profesionales de la salud mental mejorar la precisión en el diagnóstico del autismo en mujeres?

Varias son las medidas que se pueden aplicar, como el desarrollo de instrumentos de evaluación con mayor sensibilidad a la hora de detectar casos con sintomatología más sutil. Igualmente se hace necesario incrementar la sensibilización y formación de los profesionales, tanto en el ámbito educativo como sanitario, sobre la forma de presentación del autismo en niña y mujeres adultas, permitiendo así una mayor sospecha clínica y adecuados diagnósticos y tratamientos posteriores.

¿Qué papel juegan los estereotipos de género en la percepción y diagnóstico del autismo en mujeres?

La motivación social está más afectada en niños con autismo que en niñas con y sin TEA. El uso de juegos y de conversaciones para interaccionar con el resto de sus compañeros/as es mucho más usado en niñas que en niños, prefiriendo éstos los juegos físicos que siguen unas reglas , haciéndose en ellos más evidentes las dificultades sociales. Igualmente muchas niñas con TEA son consideradas “tímidas” por los adultos sin llegar a plantearse que haya una dificultad en las habilidades sociales y comunicativas que expliquen sus escasas o difíciles relaciones sociales.

¿Podría compartir algún estudio o investigación reciente que haya arrojado luz sobre el autismo en mujeres?

Aunque son cada vez más los estudios publicados sobre el Autismo en mujeres, me gustaría hacer mención a la “Guía de buenas prácticas en niñas, adolescentes y mujeres con Trastorno del Espectro del Autismo”, elaborada por la Asociación Española de Profesionales del Autismo (AETAPI) de nuestro país así como la “Guía de recomendaciones para la detección y el diagnóstico del trastorno del autismo en niñas y mujeres” de la Confederación Autismo España. Dirigidas a profesionales de todos los ámbitos involucrados en este trastorno (sanitario, educativo, social…) presentan de forma clara, sencilla y didáctica recursos para un adecuado diagnóstico así como herramientas para el posterior tratamiento. Sin duda es una ayuda para conseguir una mejor comprensión del trastorno para las propias afectadas, sus familiares y profesionales involucrados y, por supuesto, para la sociedad de la que todos formamos parte.

¿Cómo puede la sociedad mejorar la comprensión y el apoyo para las mujeres con autismo?

Sin duda una mayor visibilidad del TEA en mujeres se hace cada vez más importante y fundamental en nuestra sociedad. Gracias a una mayor publicación de trabajos tanto en el ámbito sanitario como educativo, una mayor formación de los profesionales, la presencia de libros especializados sobre el tema así como los recursos existentes en la red permiten un mayor conocimiento sobre el tema. Por supuesto no hay que olvidar el gran trabajo realizado por las Asociaciones de personas afectadas de TEA que gracias a su labor permiten una mayor visibilidad de este trastorno y de las necesidades específicas de este colectivo.

Se han dado casos en los que madres descubren que tienen autismo a raíz del diagnóstico de su hijo. ¿Qué nos puede decir sobre este fenómeno y qué impacto tiene en estas madres y sus familias?

Es frecuente que muchas madres inicien su valoración por profesionales de la salud cuando sus hijos son diagnosticados. El verse “identificadas “en muchos aspectos con su hijos suele ser el punto de partida para el estudio. Aunque recibir y aceptar un diagnóstico de TEA pueden ocasionar muchas reacciones diferentes como vergüenza o confusión, sin duda tiene un impacto positivo final. Poder “entender” qué les ocurre o cómo viven ciertas situaciones de la vida diaria y darle sentido a su “forma de ser” sin duda afecta a su calidad de vida y mejora su bienestar físico y emocional.