Las personas con niveles mayor número de estados de ánimo depresivos mostraron una mayor sensibilidad al dolor y una mayor activación en la corteza prefrontal, la ínsula y la corteza somatosensorial.

La depresión está relacionada con la disminución de la actividad en partes del cerebro que se cree que regulan el estado de ánimo, lo que, según investigaciones anteriores, podría explicar por qué las personas deprimidas muestran una capacidad disminuida para gobernar su proceso de pensamiento reflexivo.

 

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