[vc_row][vc_column width=»2/3″][vc_column_text]Andrea Rodríguez Martínez[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/3″][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»2/3″][vc_column_text]

[mk_divider style=»single» divider_color=»#015345″ divider_width=»full_width» margin_top=»20″ margin_bottom=»20″]

Los ojos de Andrea

 

Semana 11

Ayer, Margarita, la terapeuta de Pepe me escribió. Hace días, también Pilar, su mamá. Ambas me transmitieron lo mucho que Pepe recuerda a su amiga Andry, a su compañera de juegos y de fútbol.

Ya han pasado diez días desde que me fui de Nueva York y cada día que pasa me acuerdo de ese niño de ojos negros y sonrisa contagiosa con el que creé un vínculo maravilloso y del que aprendí tanto.

Como sabéis, la enfermedad que padece Pepe es la llamada Síndrome de Landau- Kleffner, caracterizado, entre otras cosas, por los ataques epilépticos que sufren durante la noche; descargas cerebrales que hacen que algunas áreas de su cerebro se vean seriamente afectadas, tales como la memoria y el lenguaje. De ahí que el aprendizaje de estos niños sea más lento y complicado. Lo más sorprendente y que de verdad me hace feliz es saber que Pepe se acuerde, ya no solo de mi, sino de pequeños detalles, momentos y formas de jugar o trabajar que llevábamos a cabo juntos. Fue emocionante cuando ayer recibí este mensaje; mis ojos rápidamente se llenaron de lágrimas pensando que “algo” debí hacer bien con él: “ Pepe te menciona mucho en nuestras terapias, te extraña y siempre se acuerda de como trabajabas o jugabas con él”. “ Él sabe que te a volver a ver otra vez en España, me dijo que te dio una lista con cosas que quiere que haya en el cole nuevo”.

Me siento verdaderamente recompensada. Son detalles así los que me dan un aliciente para tener cada vez mas clara mi vocación por niños como Pepe.

Recuerdo el mismo día de mi vuelta, horas antes de irme al aeropuerto, Pepe se sentía triste e incluso un poco rebelde y frustrado. Creo que esa era su manera de expresar su angustia ya que no le gustaba la idea de que me fuera. Le explicamos que tenía que regresar a Madrid para empezar a trabajar en su futuro colegio, en formarlo y ponerlo bonito, así el curso que viene él podría disfrutarlo. De ahí surgió una actividad muy “chula” que hicimos entre los dos. Consistió en crear una lista con “cosas” que le gustaría que hubiera en su nuevo cole. Las pensamos, las hablamos y las escribimos. Lo que más me gustó fue su idea de tener un arco iris enorme en una de las paredes de la entrada y otra de las paredes dejarla en blanco para que entre él y los demás niños puedan pintarla a su gusto. También me dijo (y lo escribió) que no podían faltar en clase “pencils grips”, son unos adaptadores muy útiles que se coloca en los lápices para poder cogerlo y escribir correctamente.

 

img_0235

 

Con esa “notita” y toda mi ilusión y ganas de trabajar me volví a Madrid. Ahora, mi experiencia es distinta pero muy productiva. Estoy llevando a cabo el desarrollo de toda la programación educativa del cole para el próximo curso y creando nuevos proyectos para trabajar con estos niños de forma diferente. Un trabajo con el que disfruto y aprendo mucho, pero que a la vez es complicada porque me doy cuenta de la dificultad que supone la adaptación de los curriculums de Infantil y Primaria para estos niños. Soy consciente de que el verdadero trabajo será cuando estemos frente a ellos, adaptando toda esta creación a sus necesidades individuales y a sus motivaciones.

La cruda realidad es que, tal y como dice Francesco Tonucci, referente mundial en innovación educativa: “no necesitamos buenas reformas educativas, sino buenos y preparados maestros”.

[mk_divider style=»single» divider_color=»#015345″ divider_width=»full_width» margin_top=»20″ margin_bottom=»20″]

 

andrearodriguezmtnz

 

Andrea Rodríguez Martínez

Diplomada en Educación Infantil.
Licenciada en Psicopedagogía.
Amplia experiencia docente en enseñanza infantil y primaria.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/3″][/vc_column][/vc_row]