Septiembre marca el regreso a la rutina escolar, no solo para los niños, sino especialmente para sus padres, quienes, tras 10 semanas de vacaciones, deben enfrentar nuevamente el desafío de conciliar trabajo, horarios y salud mental. Durante los 70 días sin clases, los niños han estado alejados de las rutinas, sus amigos y el aprendizaje, lo que representa un verdadero «sudoku» para los padres de niños y adolescentes neurotípicos. Sin embargo, para aquellos con hijos que tienen necesidades educativas especiales, tanto neurotípicos como neurodivergentes, este período se convierte en una verdadera odisea.

Para muchas familias con hijos neurodivergentes o neurotípicos con problemas menores que afectan su comportamiento, como el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad), el verano es una carrera de obstáculos. Durante este tiempo, es común que los niños experimenten regresiones, perdiendo habilidades o capacidades adquiridas durante el curso escolar. Además, el presupuesto de estas familias suele ser aproximadamente el doble que el de aquellas con hijos sin problemas, y en verano, este costo se triplica.

La importancia de elegir el colegio adecuado

Para mitigar los efectos de más de dos meses sin rutina escolar y terapéutica, es fundamental elegir el colegio adecuado, ya que el tipo de centro educativo puede determinar significativamente la evolución del alumno. En septiembre, 97.000 alumnos con necesidades educativas especiales regresan a las aulas solo en la Comunidad de Madrid. Según un estudio reciente, el 90% de los padres de estos estudiantes que están escolarizados en la modalidad de Educación Especial prefieren que sus hijos continúen en colegios especializados, adaptados a sus necesidades específicas.

El Cole de Celia y Pepe: Un proyecto inclusivo y especializado

El Cole de Celia y Pepe, proyecto educativo de la Fundación Querer, inicia su séptimo curso escolar con la misión de proporcionar a cada alumno la educación que necesita. Este centro ha acogido a cerca de un centenar de menores con diversas enfermedades neurológicas raras, síndrome de Down o distintos grados de TEA (Trastorno del Espectro Autista), creando una comunidad educativa diversa e inclusiva donde el alumno es la prioridad. “Esforzarnos cada día en dar a cada niño la educación que necesita es nuestro máximo objetivo”, asegura Susana Lominchar, directora del centro.

En el Cole de Celia y Pepe, cada alumno es abordado desde el punto de vista del desarrollo personal y cognitivo, con el claro objetivo de que aprendan los conocimientos curriculares adaptados a su forma de aprender y a su nivel de neurodesarrollo, de manera similar a los niños neurotípicos. Desde el jueves 4 de septiembre, el colegio abre sus puertas con una oferta educativa reforzada y matrícula abierta durante todo el año.

Este colegio privado de la Fundación Querer ofrece becas que cubren hasta el 95% del coste para garantizar que todos los niños con necesidades educativas especiales tengan acceso a una educación de calidad, adaptada a sus necesidades y enfocada en su desarrollo integral.

Con el comienzo del nuevo curso escolar, tanto los padres como los niños se preparan para un año lleno de retos, pero también de oportunidades para aprender y crecer en un entorno inclusivo y especializado.