[vc_row][vc_column width=»2/3″][vc_column_text]Mariana Lombardo
Licenciada en Fonoaudiología – Logopeda.
Especialista en trastornos del lenguaje y bilingüismo.
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La importancia del juego
Hola otra vez! Cuanto hace que no me siento a escribir! A ver si logro ponerme al día.
He pensado que ahora que vienen las vacaciones, tenemos mas tiempo para disfrutar de nuestros peques sin las prisas ni obligaciones habituales. Asique, qué os parece si estimulamos su lenguaje y su desarrollo! En definitiva, que os parece si…JUGAMOSSSSSSSSSSSSS
A veces, en la consulta, me gusta que los papás (y mamás claro, es mi forma cariñosa de decir “padres” de manera genérica) pasen y participen, es una buena forma de que todos aprendamos. Yo aprendo el estilo comunicativo y de interacción que utilizan en la familia y la familia aprende como estimular más y mejor combinando otras formas o sacándole provecho a su propia forma de comunicarse.
En estas sesiones cooperativas me he encontrado con padres fabulosos dispuestos a sincerarse, aprender y ser analíticos, a la vez que espontáneos, con lo que hacen con sus hijos. Y no vais a creer la de veces que me han dicho “Mariana, enséñame a jugar porque no se como hacerlo”. Y claro, es que parece tontería, pero no sabéis la de cosas que aprendemos jugando! Bueno, de hecho los niños aprenden y expresan TODO jugando.
En esta sociedad, que por suerte empieza a cambiar de a poquito, se exige que los niños sean perfectos en todo: lenguaje rico, en varios idiomas por supuesto; oído musical; habilidad deportiva; destreza numérica… Y nos olvidamos que son niños y, como niños, necesitan jugar! Y aquí siempre viene algún listillo que responde “pero si en la clase de ingles se lo pasa de lujo” o “es que la música le encanta”. Claro que si señores! Y por suerte hay profes que saben que se estimula y motiva a los niños a través del juego. Pero ¿que hay de la creatividad, que hay de la imaginación?
Eso si es parte fundamental del desarrollo.
Si no les dejamos “momentos libres” para que los niños se encuentren con ellos mismos y para que exploren lo que realmente les gusta o en lo que son realmente buenos, hacemos niños inseguros.
Niños autoexigentes y sin tolerancia a la frustración, que tienen que tener éxito en todo lo que hagan sin darse cuenta que eso es de necios (por no decir que imposible). Niños que no aceptan equivocarse, niños que no saben lidiar con la competencia (porque la competencia nos hace crecer, pero la bien entendida, no la que nos han querido vender estos años).
Hoy, los niños no necesitan crear para entretenerse. Mamá, papá, las mil extra-escolares…ya nos encargamos de que el niño tenga el día ocupado. Eso por no decir que se encuentran con todo hecho! El coche funciona con batería, hace ruido y tiene luces (ah, y la pista también la puedo comprar); el bebé come, hace caca y habla (por supuesto la ropa, el pañal y la cuna también se compran con un diseño monísimo); el perrito ladra, camina y da volteretas…y así todo.
Que necesidad tienen los niños de hablar o hacer ruidos mientras juegan; que necesidad de pensar como construir los accesorios con lo primero que encuentro en casa (aunque utilice el vestido nuevo de mamá y luego me caiga la bronca).
Pensemos un poco en nuestra infancia…¿Quién no ha construido un coche con la caja de algún electrodoméstico? ¿Quien no ha construido una pista de coches con ramitas, palitos, maderitas?
¿Quien no le ha dado de comer plastilina a su bebé favorito mientras le hablábamos de lo rica que estaba o imitábamos su llanto de hambre? ¿Quien no ha cogido un calcetín para fabricar un títere?
Estoy segura que la gran mayoría de los que están leyendo este artículo pueden ahora acordarse de algún juego o juguete en el que hayan puesto imaginación y creatividad. Y si hay alguno que no se acuerda o no ha construido nada, ESTAMOS A TIEMPO!
Sentaros con vuestro/s hijo/s a pintar con las manos, saltar en el barro pretendiendo ser cerditos, caminar por el bosque cual caperucita atentos para encontrar al lobo, hacer una excursión a un castillo y jugar a ser príncipes y princesas o valientes caballeros…Hay mil cosas por hacer en este mundo maravilloso y os puedo asegurar que no necesitáis comprar absolutamente nada.
Hacer como si… es la mejor forma de aprender para un niño. Es el primer paso para desarrollar el lenguaje, es el inicio de la inteligencia, es el pensamiento abstracto.
Así que les voy a proponer un reto: estas vacaciones vamos a construir algún juego o juguete con nuestro/s hijo/s a partir de material en crudo (telas, cartones, papel, goma, tierra, hojas, piedras…).
Dejemos que nuestros hijos nos sorprendan con su imaginación! Y dejemos sorprendernos por nosotros mismos!
Hay un “chiste” que dice: “- Jaimito, que quieres para Reyes? – Una caja, un poco de barro y tus manos para compartirlo”
Ahora… MANOS A LA OBRA!!!!!
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Mariana Lombardo
Licenciada en Fonoaudiología – Logopeda.
Especialista en trastornos del lenguaje y bilingüismo.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/3″][/vc_column][/vc_row]