¿A qué edad empezamos a ser adultos? O mejor dicho, ¿a qué edad dejamos de ser niños?
Conforme vamos creciendo y cumpliendo años, anteponemos los deseos y sueños de nuestra familia a los nuestros propios. Nos olvidamos de lo que “queremos ser” pasar a darle mayor importancia a lo que “espera el resto que seamos”. Y vamos acotando comportamientos para ser “socialmente” correctos, para ser unos “adultos ejemplares”. Nuestra meta pasa a ser “llegar a lo más alto en la empresa” o “conseguir el mejor trabajo”, creyendo que es así como conseguimos la felicidad. Y en este despropósito de olvidarnos lo que queremos ser, vamos olvidando también eso de ser niños. Sin darnos cuenta que nada de lo que hagamos tiene sentido, porque dejamos de lado la motivación interna para trasladarla a algo externo.
El verdadero motor de la creatividad es el afán de descubrimiento y la pasión por el trabajo en sí. Cuando los alumnos están motivados para aprender, adquieren de forma natural las destrezas que necesitan para llevar a ca
bo lo que se proponen. Y su dominio de ellas es cada vez mayor a medida que sus ambiciones creativas se expanden. Ken Robinson
Todos tenemos una mente creativa, pero está dormida. Sólo despierta cuando nos atrevemos a salir a jugar y perdemos el miedo a ser juzgados.
Para darse cuenta, sólo hay que observar el comportamiento de un niño: él llora de verdad y no le importa lo que vayan a pensar de él, se muere de risa cuando algo le hace gracia y se enfada con todas sus fuerzas cuando quiere conseguir algo. Todo lo hace porque le nace así, le sale así. Por supuesto luego irá puliendo esos comportamientos para adaptarlos a las normas sociales, pero muchas veces lo adapta tanto tanto, que se convierte en un “adulto políticamente correcto” que ha escondido del todo a su niño).
Un niño es una mente creativa, imaginativa; los niños pueden crear todo lo que ellos imaginan porque nunca se van a juzgar a ellos mismos con los ojos de otro, les va a parecer bien todo lo que se propongan y lo van a intentar, porque no tienen miedo al error, no tienen miedo al fracaso (por supuesto son nociones socialmente impuestas).
Los niños reflejan su creatividad en el juego y más tarde también en las actividades artísticas. El arte es fundamental para que los niños puedan expresarse y para que desarrollen su pensamiento.
Por el bien propio y el de vuestros hijos, quiero invitaros a despertar a ese niño creativo que todos tenemos dentro, a jugar y crear con vuestros hijos. Llevarlos al parque, a los teatros, al cine, a museos, a talleres, en definitiva os invito a revivir nuestra infancia junto a nuestros pequeños. Infancia llena de creaciones y movimiento, sin pantallas en las que ver pasar la vida sin participar absolutamente de nada.
Lo más importante es jugar. Poneros como objetivo y premisa fundamental JUGAR. Dejaros llevar, improvisad. Cuando le ofrezcas un juguete nuevo, no le des un modelo a seguir, deja que pruebe, seguro que te sorprende. Porque es a través del juego que la imaginación y las emociones de los más pequeños fluyen, que las habilidades fundamentales se desarrollan, que el pensamiento crece. Pasad tiempo de calidad con vuestros hijos.
Aquí algunas recomendaciones para disfrutar, todos, grandes y pequeños:
Dedica tiempo de calidad a jugar con tu hijo. Olvídate del móvil, del ordenador y de la ropa sucia.
Déjale equivocarse.
Dale libertad para crear. Para un niño, cualquier objeto tiene valor porque le da igual cuál sea su uso correcto o no. Para un niño, cualquier objeto puede ser cualquier cosa porque un niño está dispuesto a crear y creer que lo es. Un embudo puede ser un catalejo en un barco de piratas, una zapatilla el mejor de los teléfonos, una fregona puede ser una escoba voladora…
Pensar ideas diferentes. Jugar a disfrazaros con cosas cotidianas; ser animales por un día, establecer un día de la música…
Facilitar el trabajo en equipo. Nadie lo hace mejor o peor, todos aportan a una idea.
Experimentar y probar cosas nuevas.
Fomentar sus intereses y su curiosidad.
Madurar no significa ser una persona seria, mucho menos aburrida, madurar es poder jugar, tontear, bromear, hacer sonreír como un niño pero recordando nuestras responsabilidades, aceptar que ya no somos niños pero sin olvidar que lo fuimos. – Jim Carrey.
Os dejo con un cortometraje que refleja todo lo anterior. Espero lo disfrutéis!
Lucía Piqueras. Logopeda en El Cole de Celia y Pepe.
Referencias bibliográficas
https://www.guiainfantil.com/articulos/educacion/motivacion/el-desarrollo-de-la-creatividad-de-los-ninos/
https://www.hacerfamilia.com/educacion/noticia-fomentamos-creatividad-ninos-20130208123134.html
https://www.conmishijos.com/ninos/ninos-educacion/la-creatividad-y-los-ninos.html
https://escuelaconcerebro.wordpress.com/tag/creatividad/