Durante las vacaciones de Navidad, mantener la continuidad de la terapia ocupacional para niños con trastornos del desarrollo se presenta como una oportunidad valiosa para potenciar su desarrollo y bienestar. La terapia ocupacional brinda un espacio estructurado para abordar desafíos específicos y también se adapta de manera lúdica, incorporando juegos y actividades recreativas. Estas herramientas de ocio no solo permiten que los niños se diviertan, sino que también fomentan su participación activa en procesos terapéuticos, promoviendo habilidades motoras, cognitivas y sociales de manera integrada.
Al incorporar elementos lúdicos y atractivos, se crea un ambiente en el que los pequeños pueden seguir fortaleciendo sus habilidades mientras disfrutan de la temporada festiva. Este enfoque integral contribuye no solo al progreso terapéutico, sino también a cultivar una experiencia positiva y enriquecedora para los niños y sus familias.
Hablamos sobre todo ello con Sara Jorquera, Directora del Centro de Atención Temprana y Desarrollo Infantil AYTONA
P. Hay niños que interrumpen sus sesiones de Terapia Ocupacional durante los periodos vacacionales. ¿Es bueno seguir trabajando en ello aunque sea en casa?
El cerebro del niño está en continuo aprendizaje, la evidencia ya nos dice que el entorno natural y la familia son los mayores precursores del desarrollo de los niños/as. Durante las sesiones de terapia ocupacional, creamos gran cantidad de nuevas conexiones neuronales (sinapsis),que necesitan fortalecerse y nutrirse de experiencias, para que se conviertan en un aprendizaje útil en la vida cotidiana. Para ello la fórmula es ponerse en práctica en la realidad. Las vacaciones son una ventana de oportunidad para afianzar aprendizajes desde experiencias reales y significativas que no se dan en el entorno terapéutico y que desde la emoción, la ilusión y la diversión propias de la navidad, generan la fórmula mágica y el medidor ideal de resultados para que las familias valoren los avances tras un periodo de intervención.
P. ¿Los procesos terapéuticos se frenan durante las vacaciones?
Lo importante es la experiencia y el disfrute. Los padres quizás pasen más tiempo porque estén de vacaciones y puedan jugar más, relacionarse más con amigos y familiares, y cada una de esas experiencias positivas ya es un avance en el desarrollo. La familia no tiene que hacer terapia en casa.
P. Son fechas de mucho tiempo en familia. ¿Cómo se puede aprovechar esta circunstancia para seguir potenciando la autonomía y la participación en los niños?
Es fundamental reconocer el papel crucial que desempeñan las familias en la vida diaria de los niños a los que brindamos terapia ocupacional. Entender sus fortalezas, necesidades y preocupaciones es esencial para establecer planes de apoyo efectivos que aborden aspectos motores, sensoriales, cognitivos, de relación y comunicación. El objetivo final es contribuir a mejorar la calidad de vida y el bienestar tanto del niño como de su familia, fomentando la autonomía y la participación plenas. El trabajo en colaboración con las familias es un aspecto vital de la terapia ocupacional para lograr resultados significativos en el desarrollo y el progreso del niño.
P. Las Navidades son unas fiestas con muchos estímulos. Luces, música, comidas diferentes. ¿Cómo se puede integrar los estímulos sensoriales en las actividades con los más pequeños?
Es cierto que el cerebro se nutre de sensaciones, y es importante tener en cuenta las necesidades sensoriales de cada niño/a. La terapia ocupacional puede ser muy beneficiosa para ayudar a las familias a comprender y apoyar a sus hijos en este aspecto, especialmente durante la temporada navideña, cuando hay una gran cantidad de estímulos sensoriales. Es fundamental reconocer que lo que puede ser agradable para algunos puede resultar abrumador para otros. Al adaptar las experiencias navideñas a las características individuales y preferencias sensoriales de cada niño/a, se puede contribuir a crear recuerdos positivos y experiencias enriquecedoras para toda la familia.
P. En vacaciones, para lo niños, lo más importante es jugar. ¿Hay juegos tradicionales que se pueden adaptar a las necesidades de los peques de la casa con trastornos del desarrollo?
Es cierto que todos los juegos se pueden adaptar para satisfacer necesidades y habilidades individuales de los niños. La modificación de los juegos, ya sea en el tiempo, los turnos o el tipo de material, puede permitir que todos los niños disfruten de la experiencia de juego de manera inclusiva. Por ejemplo, ajustar el tamaño de la pelota o la velocidad del juego puede hacer que sea más accesible para algunos niños, y permitir desplazamientos con la ayuda de un adulto puede asegurar que todos participen plenamente. Además, modificar las reglas o añadir elementos extra, como quedarse quieto o recibir ayuda de otros jugadores, puede crear oportunidades para que todos los niños se sientan incluidos y puedan disfrutar de los juegos de manera significativa.
P. Es muy habitual que después de comer o cenar en Navidades, las familias se reúnan entorno a los juegos de mesa. Recomiéndanos algunos juegos de mesa que puedan integrar a los niños con trastornos del desarrollo.
Es fundamental conocer el nivel de desarrollo y etapa de juego de nuestro hijo, para elegir el juego adecuado. Algunos niños pueden necesitar juegos que permitan movimiento mientras que otros pueden participar en juegos de mesa más estructurados. En todos los casos, es importante que el juego sea divertido, proporcione una experiencia placentera y fomente la participación activa de todos. Los juegos cooperativos, donde todos trabajan juntos para alcanzar un objetivo común, pueden ser especialmente beneficiosos.
Para los que necesitan más movimiento se recomiendan muchos de los juegos tradicionales que la mayor parte de las familias conocen y que pueden hacerse en casa, para los que se sientan preparados e iniciar los juegos de mesa, ahí van algunos ejemplos de juegos sencillos:
LITTLE CIRCUIT
- Edad: 2-5 años
- Jugadores: 2-4
- Tiempo: 10 minutos
- Habilidades: reglas del juego, paciencia, visión espacial, psicomotricidad fina, asociación, colores
- Editorial: Djeco
«Una opción que hay para los más pequeños, o edad de desarrollo 24-30 meses, se trata de un camino por el que hay que avanzar con un dado y unas reglas muy básicas. No necesitan saber contar porque se avanza por colores. Si sale un color, avanza a la siguiente casilla de ese color. Si sale flor, avanza a la siguiente casilla del color en el que estén, y si sale avispa, retrocede al mismo color».
ANIMAL SOBRE ANIMAL
- Edad: 3+
- Jugadores: 2-4
- Tiempo: 15 minutos
- Habilidades: psicomotricidad fina, concentración, destreza, visión espacial, conceptos físicos
- Editorial: Haba
«Hay diferentes versiones de este juego que añaden o restan dificultad, pero es factible jugar desde los 3 años, especialmente adaptando y simplificando un poco las reglas. Se trata de un juego principalmente de habilidad y equilibrio, en el que por turnos hay que colocar unos animales de madera apilados y evitar que se caigan».
LA PANDILLA HÁMSTER
- Edad: 3-8 años
- Jugadores: 1-4 (se puede jugar individual, es cooperativo)
- Tiempo: 10 minutos
- Habilidades: psicomotricidad fina, cooperación, asociación, toma de decisiones, visión espacial
«Es un tablero de cartón con cierto relieve con elementos móviles (un ascensor, una rueda, un vagón…) por el que un grupo de hámsters, de modo cooperativo, tienen que guardar la comida (zanahorias, trébol y espigas de cereal) en las despensas correctas antes de que termine el juego»
PINGÜILAND
- Edad: +4
- Jugadores: 2-4
- Tiempo: 10 minutos
- Habilidades: atención, visopercepción, coordinación óculo-manual, empatía, trabajo en equipo, lenguaje, toma de decisiones, flexibilidad cognitiva, cohesión social.
«El objetivo será llevar a Pingüi sano y salvo al islote que hay en el mar, antes de que el alud le atrape o que el Yeti llegue antes. Para ello, a través de las tiradas de un dado, deberéis ir moviendo al personaje que corresponda o dando una vuelta a una de las cartas de camino. La historia puede parecer chocante, pero nos da pie a trabajar muchas cosas con los/las peques».
TIME’S UP KIDS
- Edad: +4
- Jugadores: 2-12
- Tiempo: 10-20 minutos
- Habilidades: visopercepción, velocidad de procesamiento, atención, memoria de trabajo, memoria semántica, fluidez verbal, lenguaje.
«Uno de los juegos que más se puede exprimir en el despacho. Muchas veces nos preguntan sobre juegos para trabajar vocabulario y la primera opción siempre es Time’s Up! Kids. Aparte de jugarlo tal y como nos indica en las instrucciones, que ya es muy divertido, es un juego que se presta a multitud de adaptaciones, tanto de sus componentes como de su mecánica. Un gran juego familia. Deberéis tratar de adivinar todas las palabras de las 20 tarjetas tanto de manera oral, como por mímica, antes de que se acabe el reloj de arena.
Un juego cooperativo en el que una de las personas se encargará de dar las pistas de manera oral para tratar de que las demás las averigüen. Se puede dar cualquier tipo de pista salvo decir la palabra que aparece en el dibujo. Después comenzará la segunda parte, en la que, por medio de la mímica, tendremos que volverlas a adivinar»