Jugar es fundamental para el desarrollo del niño. Normalmente se habla de los beneficios del juego al aire libre, pero también quedarse en casa jugando a un juego de mesa puede ser muy beneficioso para el pequeño:
Permiten el juego en grupo, por lo que da la oportunidad a los padres de jugar con sus hijos compartiendo un rato de risas, diversión y fortaleciendo los vínculos familiares.
Enseñan a los niños a cumplir y respetar las reglas del jugo, lo cual se puede trasladar luego a la vida diaria.
También aprenden a tener paciencia, esperar su turno, trabajar en equipo…
El perder en ocasiones les ayuda a tolerar la frustración y aceptar los fracasos.
Se mejora su autoestima a través de los logros y victorias conseguidas.
Suelen ser juegos muy educativos que permiten desarrollar el pensamiento lógico, aprender vocabulario, fomentar las matemáticas, mejorar la memoria, la creatividad o la concentración…
Fomentan la interacción y el desarrollo social.
Hoy os traemos un juego que ha sido finalista al premio «mejor juguete 2018».
Color Line es un juego de acción y rapidez en el que tendrás que ser el primer jugador en completar tu código de colores.
Para ello tendrás que ser el más rápido en pulsar el timbre cuando aparezca una bola del color que tengas en tu codigo, pero ¡Cuidado!
Si te equivocas haciendo sonar el timbre recibirás una penalización.
Descubre cómo jugar aquí :
Es de Cayro Games y lo puedes comprar aquí
Patricia Sánchez Rodriguez-Estremera
Experta en «lecturas adaptadas».
Mamá de Javier.
