- Cristina San Juan explica qué signos deben alertar a las familias y cómo trabajar con niños con discapacidad intelectual
- La Fundación Querer imparte talleres a padres de iniciación a la optometría
Para ver de forma eficaz no solo hace falta tener el 100% de visión, sino que es necesario que se den muchas habilidades de forma rápida y al unísono. Esto no sucede en muchos niños con trastornos neurológicos quienes, aunque ven el 100%, no suelen procesar correctamente la información que reciben de uno o varios de los sentidos, entre ellos, la visión.
En el desarrollo integral de un niño, el área visual está directamente vinculada con su desarrollo a nivel motor, por lo que es muy probable que los niños con discapacidad intelectual que presentan dificultades en el desarrollo motor también tengan dificultades en sus habilidades visuales y sufran, por tanto, problemas en este área. Estos problemas se dividen en dos categorías:
- Funcionales: mala salud ocular, dificultad en el control oculomotor, visión binocular, acomodación visual o estereopsis.
- Percepción visual (cómo el cerebro interpreta la información que reciben los ojos): dificultades visoespaciales, visuomotoras y de análisis visual.
A pesar de tener una mayor probabilidad de desarrollar problemas visuales, es habitual que estos niños no acudan a revisiones periódicas, sobre todo cuando el menor ve aparentemente bien, tanto de lejos como de cerca y, por tanto, la familia considera que no tiene dificultades en las habilidades visuales.
Para mejorar la visión de un niño es importante la labor conjunta del oftalmólogo, encargado de estudiar las alteraciones patológicas del sistema visual, y el optometrista, quien trata su rendimiento eficaz y busca soluciones y establece normas de higiene visual.
“En optometría vemos la funcionabilidad y la percepción visual desde el punto de vista del rendimiento visual para lograr que el sistema esté en su máximo potencial”, explica Cristina San Juan, optometrista de Salud Visión (Madrid) y del Gabinete de la Fundación Querer. “No solo que el niño tenga una miopía o hipermetropía fuerte, ya que puede ver bien, pero no procesar la información visual óptimamente”, añade.
Cristina San Juan explica qué signos deben alertar a las familias de estos niños y cómo trabajar con aquellos que padecen una discapacidad intelectual severa en este artículo, que puedes leer completo en 20minutos.