Los relatos de personas con TEA, como por ejemplo Temple Grandin profesora de la Universidad Estatal de Colorado, doctorada en Ciencia Animal en la Universidad de Illinois, ponen de manifiesto la frustración que experimentan las personas con este trastorno para entender, comunicarse, interactuar de forma exitosa con el otro. Es una incomprensión bilateral debido a que en una conversación siempre hay un emisor, un receptor y un mensaje que se debe codificar/decodificar en las que tanto las personas con TEA como las que no, muestran dificultades para comprenderse y sobre todo entenderse.
Todas las familias o docentes que tienen la oportunidad de estar con ellos nos supone un gran reto. Las siguientes líneas os ofrecen una forma eficaz y adecuada para que esta comunicación sea efectiva a través de la realización de historias sociales, aquí os explico qué son, de qué tipo y los pasos a seguir para realizarlas.
Una historia social es un cuento corto ajustado a un formato y directrices específicos utilizado para describir a una persona, destreza, evento, concepto o situación social. Son generalmente los padres o los profesionales quienes escriben las historias sociales. El objetivo de una historia social es el de transmitir información relevante. Esta información generalmente incluye (sin limitarse solo a ello) dónde y cuándo ocurre una situación, quién está involucrado, qué está ocurriendo y por qué. (Carol A. Gray)
Por ejemplo, cuando a un niño con autismo se le enseña que cuando va por la calle con sus padres y va a cruzar por un paso de cebra, debe mirar el semáforo, si está en verde pueden pasar, en rojo esperar, el niño comprende el funcionamiento de lo que se espera que haga en esa situación. ¿Pero y si de repente mientras está cruzando la calle, el semáforo justo se pone en rojo sin haber llegado a la acera?, es seguro que el niño se parará y esperará en mitad de ella y acto seguido muy probable tendrá una rabieta. Es por eso que la historia social ayuda a que el niño comprenda el mundo que le rodea y sepa reaccionar con éxito a las diferentes casuísticas que se va a encontrar en su día a día.
Hay dos tipos de historias sociales, clásicas y activas. La primera requiere de más tiempo para elaborarla porque sigue unos pasos concretos. La activa se realiza en el momento en que ocurre una situación disruptiva en la que el niño no ha comprendido la información, como en el ejemplo del semáforo. Sacaríamos una libretita y se lo dibujaríamos. Es importante saber la estructura de las historias sociales clásicas para hacer un uso correcto de las activas. Cuando realizo una historia social activa, el niño comprenderá lo que se le pide y modificará su comportamiento. Una vez realizada, nos ayudará a preparar con más tiempo la clásica.
¿Cómo realizar una historia social clásica?
Las historias sociales se componen de una combinación de cuatro tipos diferentes de oración: llamadas descriptivas, de perspectiva, directivas, y de control. Cada tipo de oración en una historia social cumple con una función específica.
Las oraciones descriptivas definen objetivamente dónde ocurre la situación, quiénes están involucrados, qué están haciendo, y por qué.
La oración descriptiva puede describir las características del entorno, por ejemplo «Mi escuela tiene muchas salas. Una sala se llama comedor. Usualmente los niños almuerzan en el comedor». Las oraciones descriptivas también presentan a los principales personajes en la historia y su papel en la misma, como por ejemplo: «Muchos niños se paran en la fila para coger el almuerzo» o «Cada niño espera su turno para comprar el almuerzo». Las oraciones descriptivas también pueden explicar por qué la gente se comporta de determinada manera: «Pararse en la fila ayuda a que todos los niños reciban su comida caliente».
Las oraciones de perspectiva son afirmaciones que describen los estados internos de las personas. Este tipo de oraciones puede describir simplemente un estado físico o de deseo: «Los niños tienen hambre», «Quieren comer».
También pueden describir la perspectiva de percepción de las personas: «Los niños escuchan la campana del almuerzo».
Las oraciones perspectivas a menudo describen los pensamientos de otras personas: «Los niños saben que la campana del almuerzo les dice que deben hacer la fila detrás de la puerta»; o los sentimientos: «A algunos niños les gusta comer y descansar durante el almuerzo»; o las creencias y motivaciones: «Algunos niños piensan que las colas del almuerzo son demasiado largas por eso traen el almuerzo de su casa».
Las oraciones directivas son afirmaciones que definen directamente lo que se espera como respuesta a una determinada clave o situación. Estas oraciones orientan delicadamente la conducta del estudiante: «Voy a tratar de pararme en silencio en la fila del almuerzo».
Aquí hay que tener cuidado porque estas personas pueden interpretar la información en forma literal, esto puede intensificar la influencia de las oraciones directivas en la conducta del estudiante. Es por ello que las oraciones directivas siempre deben comenzar con frases como «Yo voy a intentar» ó «Yo voy a trabajar sobre esto» ó «Algo que debo intentar es …». Esto minimiza la presión que la persona puede sentir en el sentido de hacerlo bien en el primer intento.
Las oraciones directivas no necesitan dirigir estrictamente, sino que pueden sugerir. Para aquellas personas que presenten menor rigidez comportamental podríamos hacer una lista con varias opciones.
Las oraciones de control nos permiten resumir de forma muy sintética la historia social completa. En esta parte final, el alumno puede participar en su elaboración. «Las filas para buscar el almuerzo como las tortugas son muy lentas». «A veces avanzan y a veces se detienen» o «Cuando alguien dice `He cambiado de opinión´ yo pienso que una idea ha mejorado. Como cuando una oruga se transforma en mariposa».
(Cap. 9: Asperger Syndrome or High- Functioning Autism. Edit for Eric Schopler, Gary B. Mesibov y Linda J. Kunce. Author Carol A. Gray)
Las historias sociales van acompañadas de pictogramas utilizando en su caso más o menos dependiendo del grado de ayuda visual que necesite el niño.
Os invito a todos, padres y docentes a que probéis a realizarlas, al principio puede parecer complicado. Pero como todo en la vida, “se aprende haciendo”.
Juan José, profesor del Cole de Celia y Pepe.