“Somos seres sociales por naturaleza”. Así de contundente se mostró Aristóteles a la hora de teorizar sobre el innato carácter social con el que nacemos y que vamos desarrollando de manera progresiva a lo largo de la vida. El bienestar emocional de todas las personas está estrechamente ligado a las interacciones que establecemos con nuestros iguales. Por ello, las habilidades sociales son una herramienta indispensable para el progreso y el buen desarrollo de todas las personas. Gracias a ellas se logra establecer una comunicación efectiva y plena con el resto. Cada situación, cada experiencia y cada etapa de la vida nos ayuda a ampliar nuestra ‘cartera’ de recursos sociales y afectivos. Las habilidades sociales se aprenden, se van adquiriendo a lo largo de los años.
Aun así, hay personas que, por diferentes motivos, tienen algunas dificultades para asimilar y desarrollar estas herramientas comunicativas. Como solución, estos pacientes encuentran un apoyo indispensable en los talleres de habilidades sociales de la Fundación Querer. Un proyecto que se encarga de enseñar a relacionarse, interactuar y desenvolverse en diferentes situaciones sociales a aquellos niños a los que les cuesta entablar contacto con los demás.
La timidez extrema, el autismo, la discapacidad intelectual o el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), entre otros, ya no son una barrera para la plena y efectiva interacción. Los talles de habilidades sociales logran dar los instrumentos necesarios para superar todas las dificultades que se puedan presentar.
Sara Herrero es la directora del Gabinete Multidisciplinar de la Fundación Querer. Allí se imparten, hasta dos veces por semana, estos talleres tan beneficiosos y efectivos. “La terapia de los talleres es positiva porque ayuda a los niños y adolescentes a desarrollar competencias esenciales que les permiten navegar de manera exitosa en situaciones sociales”, explica Sara. “Mejorar sus habilidades sociales les permite establecer relaciones más saludables y satisfactorias con sus compañeros, aumentar la autoestima y la confianza en sí mismos y reducir la ansiedad social y el estrés”.
¿En qué consisten los talleres de habilidades sociales?
En la terapia de habilidades sociales se utiliza un enfoque estructurado y basado en evidencia para ayudar a los niños y adolescentes a desarrollar y mejorar sus habilidades sociales. Todo ello a través de diferentes técnicas y dinámicas que incluyen role-playing, juegos, ejercicios prácticos, debates o discusión para la proporción y puesta en práctica de las habilidades.
“Con estas actividades se trabajan áreas como la comunicación, la empatía, la resolución de conflictos, la autorregulación emocional y la toma de decisiones. Se promueve el aprendizaje activo y su aplicación en situaciones en el entorno natural del niño”, asegura Sara Herrero.
Gracias al juego, los niños aprenden premisas fundamentales como aguardar su turno, así como a participar de forma activa cuando sea el momento adecuado. Uno de los juegos más beneficiosos para los alumnos de los talleres de habilidades sociales es el role-playing. En este tipo de ejercicios, tal y como indica su nombre, los niños adquieren diferentes papeles o roles. Se representa una situación y los niños deben abordarla metiéndose en la función que les toca. “Son como actores. A través de las correcciones y las instrucciones que les damos, se va perfilando una comunicación asertiva”, comenta Sara Herrero.
En la terapia de habilidades sociales se trabajan aspectos clave de la interacción como la comunicación efectiva (hablar y escuchar), la comprensión de las emociones propias y ajenas, la empatía y perspectiva de los demás y las habilidades para hacer amigos y mantener relaciones positivas.
¿Para quién van dirigidos los talleres de habilidades sociales?
“Recomendaría la terapia de habilidades sociales a los padres porque es una inversión en el bienestar y el futuro de sus hijos”, afirma Sara. La terapia de habilidades sociales es beneficiosa para niños y adolescentes que experimentan dificultades en áreas concretas como interacción social, comunicación, la creación y mantenimiento de amistades, la resolución de problemas o manejo de la ansiedad social. El taller está preparado para niños de 4 a 18 años, divididos en varios grupos para que nadie se quede atrás.
“Todos, independientemente de la edad que tengamos, nos beneficiaremos de la relación con otras personas, de mayor, menor edad o con nuestros iguales”, recuerda la directora del Gabinete Multidisciplinar de la Fundación Querer.
“Las habilidades sociales son necesarias para establecer vínculos positivos que impactarán sobre nuestro desarrollo tanto a nivel cognitivo como afectivo. Al proporcionar a los niños y adolescentes las herramientas necesarias para tener éxito en sus relaciones interpersonales, los padres están ayudándoles a crecer en todos los aspectos de la vida”, asegura Sara Herrero.
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Si quieres matricularte o informarte sobre alguna de estas actividades, no dudes en contactar con nosotros en info@fundacionquerer.org o llamando al 91 628 86 59. ¡Te esperamos!