Gregorio Luri es un reconocido filósofo, pedagogo y ensayista español. Con una amplia trayectoria académica y profesional, Luri se ha destacado por sus contribuciones en el ámbito educativo y por su análisis crítico en temas de filosofía y política. Su prolífica carrera incluye tanto la docencia en diversos niveles educativos como la publicación de numerosos libros que abordan desde la mitología hasta la pedagogía contemporánea. Su compromiso con la reflexión sobre la educación y la sociedad le ha valido el reconocimiento tanto de la academia como de diversas instituciones, entre ellas el Gobierno de Navarra, que le otorgó la Cruz de Carlos III en 2020.
Por todo ello, es uno de los principales ponentes que abordará la situación de la Educación, y la Educación Especial, en las V Jornadas Neurocientíficas y Educativas de la Fundación Querer, que se desarrollarán los próximos 6 y 7 de mayo.
P. El próximo mes de mayo participará como ponente en las Jornadas Neurocientíficas de la Fundación Querer. ¿Cómo afronta esta fecha?
R. Con gran interés y con gran deseo de aprender.
P. Hasta donde pueda leer, ¿puede adelantarnos algo sobre los temas que va a tratar en su ponencia?
R. Soy licenciado en Pedagogía Terapéutica y con una larga experiencia docente. Intentaré hablar de cuestiones que tengan que ver con estos dos temas.
P. Como filósofo, ha abordado una amplia gama de temas, desde educación hasta ética y política. ¿Qué te impulsó a dedicarte a esta variedad de campos?
R. La curiosidad, en primer lugar, y el deseo de completar mi propia formación, en segundo lugar.
P. Ha escrito extensamente sobre la importancia de la educación y la formación del carácter en los jóvenes. ¿Cuál crees que es el papel más crítico de la educación en la sociedad contemporánea?
R. Hoy la escuela de los países europeos parece desorientada. En las sociedades que han hecho del pluralismo un valor constitucional supremo, cada vez es más difícil alcanzar consensos amplios en materia educativa. En este sentido, la escuela es un magnífico espejo de la sociedad.
P. La educación especial siempre ha generado un gran debate a su alrededor. ¿Qué opinión le merece este modelo y el ruido que le rodea?
R. Me temo que en educación especial más importante que ser dogmático es estar siempre abierto a prácticas reflexivas.
P. Ha hablado sobre la importancia de la lectura y la escritura en el desarrollo intelectual y emocional de las personas. ¿Qué consejo le daría a aquellos que buscan cultivar estos hábitos?
R. Ser ambiciosos.
P. ¿Cómo cree que la filosofía puede contribuir al debate público y a la toma de decisiones en la sociedad?
R. Dudo mucho que la filosofía ayude mucho en las cuestiones políticas. A lo largo de la historia se ha mostrado mucho más útil la retórica.
P. ¿Cuál es su opinión sobre el papel de la tecnología en la sociedad moderna y cómo puede impactar positivamente o negativamente en la vida de las personas?
R. El hombre es un animal tecnológico. Las tecnologías no son (ni más ni menos) que prótesis antropológicas que amplifican los que ya somos. Por lo tanto, afectarán de manera diferente a cada persona según el carácter, la formación, las ambiciones, etc. de cada uno.
P. ¿Qué papel cree que juegan la ética y los valores en la política contemporánea?
R. En política muy pocas veces la ética determina la posición que ocupamos. Es más bien al revés. Es la posición que ocupamos la que define nuestra ética. Pero es aposición con frecuencia nos es asignada por el rival.
P. ¿Cuáles son tus proyectos futuros o áreas de investigación en las que está interesado en este momento?
R. En estos momentos estoy muy centrado en una editorial que fundé hace dos años, la Editorial Rosamerón. Pero no pienso dejar de interesarme por la educación.