Cuando una pareja se plantea tener un bebé, se abre un baúl lleno de miedos. Por un lado, surge el miedo a no saber ejercer correctamente, y por otro a poder perderlo, a que nazca con alguna dificultad, a no saber cómo lidiar con ello… Una de las anomalías en bebés son las fisuras, ya sean éstas labiales, palatinas o ambas (fisuras labiopalatinas). Cada vez que nace un niño con este tipo de dificultad es complicado explicarlo a las personas que nos rodean, por lo que empezaremos este artículo tratando de esclarecer en qué consisten las fisuras (englobadas clínicamente dentro de lo que se conoce como “disglosias”).

Los niños con labio y/o paladar fisurado nacen con un desarrollo incompleto del labio superior y/o paladar; su labio, paladar -o ambas en algunos casos- no han terminado de unirse, por lo que en estos pequeños se observa un “agujerito” a nivel de paladar, o un labio que aún no se ha formado y que aparentemente está “partido” o sin terminar de desarrollarse.

El labio y el paladar se desarrollan durante el embarazo de forma independiente, por lo que puede haber niños que presenten fisura en el labio y no en el paladar, fisura en el paladar y no en el labio, o fisura en ambos órganos.
En el caso de las fisuras labiales, éstas pueden ir desde una ligera malformación labial hasta la separación completa de los labios, llegando a afectar incluso a la nariz. Podemos ver esta patología en un solo lado (fisura labial unilateral), o en los dos (fisura labial bilateral).

Por su parte, en las fisuras palatinas también existen distintos tipos que van desde una pequeña fisura hasta una fisura bilateral completa.
Aunque a menudo este tipo de anomalía no es conocida en nuestra sociedad, lo cierto es que son una de las dificultades de nacimiento más comunes, encontrando que aproximadamente uno de cada 700 nacimientos presentan fisura labial y/o palatina. Las causas de este tipo de fisuras se deben a la combinación de factores hereditarios y a ciertos factores “ambientales”, como por ejemplo, la toma de ciertos medicamentos. La fisura ocurre a principio del embarazo, alrededor de la octava semana, y es posible detectar una fisura labial en las ecografías que se realizan durante el transcurso del embarazo.

El tratamiento a seguir en los casos de fisura labial y/o palatina se tratan a través de cirugía plástica, maxilofacial, logopedia, otorrinología, ortodoncia y genética entre otros, siendo un tratamiento multidisciplinar en el que la coordinación con los diversos profesionales es fundamental para alcanzar todos los objetivos planteados.
Fisuras en labio y paladar: Introducción al término y sugerencias para seguir trabajando en casa.

Como padres de un niño/a con este tipo de fisuras, hay una serie de consideraciones a tener en cuenta para facilitar su rehabilitación junto a los profesionales que le traten. Es muy importante ser consciente de que el trabajo en estos casos continúa en los hogares, puesto que es allí donde más horas al día pasa el niño/a. Uno de los puntos más importantes a tratar es el tema de la alimentación. No todos los niños con fisura labial o palatina presentan dificultades en esta área, pero sí es algo común encontrar complicaciones en este nivel. Cuando el niño es muy pequeño, debemos tener la precaución de colocar al niño incorporado unos 45º para ayudar a estimular el reflejo de deglución y facilitar que la leche pase al estómago sin que haya escapes nasales.

También es aconsejable intentar introducir la alimentación materna, tocando el labio inferior del bebé con el pezón procurando que éste se mantenga dentro de su boca sin que la leche se escape hacia la fisura. Aún así, siempre que esto no sea posible porque no exista buena succión, o por otro tipo de dificultades que puedan ocasionarse, pueden utilizarse biberones normales con la tetina cortada en forma de X para facilitar la salida de la leche, e incluso existen diferentes tetinas para biberones que pueden facilitar la alimentación, como las tipo Nuk o Medelam o la tetina Pigeon (de venta en farmacias). Por último, también pueden utilizarse biberones específicos como:

Alimentador Haberman: Recomendado para los peques que únicamente presentan fisura palatina. Tiene una válvula que mantiene la leche en el biberón. Gracias a este mecanismo, el bebé puede obtener la leche al apretar la tetina, sin necesidad de succión. El flujo de la leche se puede ajustar girando el chupete.  Mead-Johnson Cleft Nurse: Es un biberón exprimible. Antes de usarlo por primera vez, conviene poner un poco de agua y probar cómo funciona. Cuando se aprieta, el líquido debe salir con facilidad, pero no demasiado rápido. Sólo se debe apretar el biberón cuando veamos que el bebé está succionando.

La introducción de alimentos sólidos suele hacerse a la misma edad que con el resto de los niños (por lo general a los 4-6 meses). Hay que procurar proporcionarle la cantidad de alimento justa para poder comer sin que el alimento pase a la nariz (aunque si esto pasase, normalmente la comida se expulsa de la nariz estornudando sin causarle grandes dificultades al niño/a).

Respecto al lenguaje del niño con fisura, conviene comenzar masajeando la superficie del labio y la zona de la cicatriz (en los casos de fisura labial) para mejorar la sensibilidad y reducir la rigidez de esa zona, así como para ir generando propiocepción de este órgano como base previa del habla, ayudando a que más adelante el niño sepa focalizar los sonidos hacia la zona bucal (generalmente es común ver en estos niños un habla muy gutural y/o nasalizada).
Además, cuando los niños colaboren con nosotros, podemos reforzar estos objetivos realizando ejercicios como lanzar besos, silbar, realizar aproximaciones a las pedorretas, coger alimentos entre los labios, o encima del labio superior, succionar…

Del mismo modo, se recomienda realizar masajes velopalatinos que faciliten el reflejo nauseoso (las famosas “arcadas”) para fortalecer el velo del paladar en los casos de fisura palatina, estimulación en la parte posterior de la lengua, ejercicios de soplo por la nariz y la boca para ayudarle a discriminar y controlar, y emisión combinada de vocal-consonante nasal (vocal + /n/-/m/) para facilitar el control de los órganos necesarios para producir el habla.

Podéis encontrar más actividades en la web de Alafina, asociación de familiares y afectados de labio leporino y fisura palatal de Navarra, o pinchando directamente en el siguiente enlace:

http://www.alafina.es/wpcontent/uploads/2013/06/masajes_velopalatinos.pdf

Por último, podemos trabajar en casa la articulación adecuada de las vocales por separado, y una vez adquiridas, el paso de una vocal a otra con rapidez, para lo cual podemos ir integrándolas en onomatopeyas. Para este fin podemos utilizar materiales como los siguientes:

http://merakilogopedia.blogspot.com.es/2018/02/estimulacion-del-lenguajerecopilacion.html

http://merakilogopedia.blogspot.com.es/2018/02/peppa-y-sus-amigos.html

http://merakilogopedia.blogspot.com.es/2017/04/paneles-multifuncionales.html

http://merakilogopedia.blogspot.com.es/2017/02/tarjetas-con-el-punto-dearticulacion.html
Una vez adquiridas todas las vocales, podemos partir de fonemas nasales (más fáciles de adquirir para ellos) como la M y la N, e ir introduciendo poco a poco fonemas cuyo punto de articulación sea más intuitivo visualmente hablando, como la P, la L o la F.

Cuando hayamos conseguido que estos fonemas estén adquiridos de forma aislada, los iremos combinando en sílabas para posteriormente ir formando palabras que el niño integre en su lenguaje cotidiano. Es importante destacar de nuevo la necesidad de estar en coordinación permanente con los diversos profesionales capacitados para tratar este tipo de patologías, pues un tratamiento en el que no intervengan dichos profesionales pierde su efectividad y se suele alargar en el tiempo.

¡Espero que os haya gustado este post!

 

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Nazaret Castilla Collado

Educadora social, logopeda y especialista en lectoescritura.

Creadora y administradora del blog Meraki Logopedia