En los últimos años están de moda los «escape room». Tengo que decir que cuando llevan el apellido matemático (escape room matemático) me chirría un poco. He ido en alguna ocasión a alguno de ellos y lo de matemático es en realidad cálculo y más cálculo o series y más series o acertijos de esos que tienen «truco»… ¡Trucos y mates es algo incompatible! Deberíamos hacer un change.org para abolir la palabra «truco» de las clases de mates (cierro paréntesis).
Se supone que en esos «escape room» pones en juego cosas que ya sabes para poder escapar antes de que se acabe el tiempo. El planteamiento del escape room que estoy preparando va de otra cosa, tiene el mismo objetivo principal que mis sesiones de formación con profes o mis talleres de familia: se trata de construir, de hacer matemáticas y que, gracias a esas «construcciones», podamos extraer conclusiones y, gracias a esas conclusiones, a esos aprendizajes podamos salir, escapar. Aunque todo nos llevará al fin último del «escape room» que es salir del edificio en realidad el camino, el proceso tiene muuuuuuuucho más interés.
Disfrutar del camino
Estamos acostumbrados a obsesionarnos con el resultado final sin reparar en que el proceso es tan bonito y rico (seguramente mucho más) como el final. Todo lo que ocurra durante el camino será apasionante, tan apasionante que podremos disfrutar del proceso. Es cierto que no nos olvidaremos del objetivo final pero, ¿de qué sirve solo pensar en el final sin disfrutar del camino? Llévalo a cualquier ámbito de la vida: ¿de verdad piensas que cuando tu hijo está celebrando su cumple con amigos está pensando en que después de la tarta vendrán los regalos? Él sabe que habrá tarta y regalos pero, de momento, en lo que piensa es de disfrutar al máximo de sus amigos. ¿De verdad piensas que cuando tus alumnos están preparando la obra de teatro de final de curso solo piensan en el momento de la actuación? Disfrutan a tope de los ensayos (como profes nos desesperamos y nos sacan de nuestras casillas durante los ensayos porque solo pensamos en la actuación final pero ellos están disfrutando del camino).
Pues bien, durante el «escape room» de familias disfrutaremos de cada momento, de cada ¡EUREKA!
¡Eureka!
En matemáticas y más concretamente en la resolución de problemas hablamos frecuentemente de la heurística. Entendiéndose heurística como los métodos o técnicas para resolver un problema. Se suele asociar a creatividad, pensamiento lateral, etc.
El término «eureka» viene del griego «heureka» y quiere decir «¡Lo he descubierto!
Pues de eso tratará nuestro «escape room». Construiremos juntos, sacaremos conclusiones. ¡No habrá que averiguar el siguiente término de una serie! ¡No habrá que resolver un problema muy sesudo! ¡No será un problema de «idea feliz»! No, no será eso, será hacer, construir, analizar el proceso y, en cada final, en cada conclusión decir ¡EUREKA! ¡LO HE DESCUBIERTO! (como Arquímedes).
Llenaremos la mañana de «eurekas» y unas con otras nos llevará a poner en común y llegar a descifrar el código que abre la puerta. Al otro lado de la puerta está el jardín y, ahí, tomaremos un aperitivo para celebrar que hemos llenado la mañana de «eurekas» y eso, se llama razonar. Celebraremos que las mates también pueden ser estimulantes. No sé si más o menos estimulantes que el brawl stars. Lo que sé es que por cada eureka se liberará algo en el organismo que nos hará sentir bien, muy bien. Por el mero hecho de poder decir: «¡Eureka, lo he descubierto!
¡Se me dan fatal estas cosas!
No podéis imaginar lo mal que se me dan a mí los «escape room» típicos. Siempre cruzo los dedos esperando que alguien del equipo lleve la voz cantante y nadie diga eso de: «bueno, viene Javi que es de mates así que seguro que lo resolvemos». ¡Qué presión! Jamás he resuelto un sudoku ni un cubo de rubik (¡ni el de 2 x 2 x 2!), siempre caigo en los típicos acertijos que esconden dentro una pequeña trampa, eso por no hablar de que no me sé orientar con un mapa, que no sé llegar a ningún sitio sin GPS y, para colmo de males, no entiendo al GPS (o él no me entiende a mí).
Cosas que necesitaremos saber hacer para conectar, establecer relaciones, razonar y descubrir el código que abre la puerta:
- Hacer castillos de arena
- Mirarse al espejo
- Pegar pósit en el suelo
- Utilizar el móvil (no para el brawl star). Sólo para la cámara
- Abrir y cerrar puertas
- Hacer una figurita con el tangram (dada la plantilla)
- Manejar un walkie talkie
- Bueno, y habrá que manejar un robotito
- …
Así que, como veis, nada de sudokus ni de averiguar el siguiente término de una serie imposible, ni problemas de grifos que hay que cerrar, ni cosas así. Se trata de hacer cosas que nos permitan descubrir las matemáticas. Se trata de que puedan recuperar algunas de las cosas que han utilizado y aplicarlas a otras situaciones. «Lo que viene siendo aprender de manera significativa».
Ya, pero a mi hijo solo le gustan los juegos del móvil… ¡Pues aprovéchalo! ¿O si no cómo se moverá el robot hasta la última de las pistas que nos sirven para descifrar el código, abrir la puerta y llegar al festín del patio?
¿Cómo me apunto al Escape Room?
La actividad será el sábado, 18 de abril de 11 a 13. Será en la Escuela Infantil Chupetines
Puedes conocer más detalles y apuntarte pinchando en la imagen o comprando las entradas… (un poco mas abajo)
Para leer el articulo original pincha aquí
Profe Bernabeu