Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Strathclyde (Escocia) ha alertado, tras analizar 50 trabajos publicados, con una muestra de 22.000 niños de Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos, México y Europa, sobre la baja actividad física que tienen los menores de todo el mundo.
Investigaciones anteriores descubrieron que los niveles de actividad física podrían comenzar a disminuir a la edad de siete años, en lugar de durante la adolescencia, como se cree ampliamente, si bien en el actual trabajo se ha observado que, desde los cuatro o cinco años, va disminuyendo de tres a cuatro minutos al año.
«La actividad física mejora la salud ósea de los niños, su aprendizaje, reduce el riesgo de exceso de peso, y favorece la salud cardiovascular, metabólica y el sueño. Sin embargo, solo una minoría de niños y adolescentes cumple con los niveles recomendados de actividad física», han detallado los expertos.
En este punto, han lamentado que las políticas destinadas a promover la actividad se hayan centrado exclusivamente en la población adolescente, ya que el nuevo estudio ha evidenciado que no hay un sólo grupo de edad de riesgo de sedentarismo, por lo que la práctica de deporte debe ser recomendada para todas las edades.
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