En El Cole de Celia y Pepe, parte de la Fundación Querer, un espacio educativo especializado en niños con necesidades especiales, se está llevando a cabo un innovador proyecto de arteterapia liderado por Marta Díez Blanco. Esta disciplina se ha integrado como una herramienta clave para trabajar la expresión emocional, fomentar la creatividad y ofrecer a los alumnos una nueva vía de comunicación y autoconocimiento.
Explorar las emociones a través del arte
Desde su experiencia, Marta destaca la importancia de brindar a los niños un canal para explorar sus emociones, sobre todo en un contexto donde las dificultades del habla están presentes. “El arte ofrece recursos plásticos y creativos que permiten expresar un enfado o una tristeza y descargar tensiones de una manera segura”, explica.
En sus sesiones, Marta introduce diferentes materiales y propuestas adaptadas a las necesidades de los alumnos. Las actividades pueden ir desde el uso de acuarelas —“un medio incontrolable que enseña que del error también puede surgir belleza”— hasta explorar texturas como la tierra o el cartón, con un fuerte componente kinestésico que ayuda a liberar emociones atrapadas.
Un espacio seguro para la expresión y la conexión grupal
La dinámica en las aulas varía según el grupo. Algunos niños se relajan con la tranquilidad de un ambiente meditativo y cálido, mientras que otros se benefician de un entorno más lúdico y ruidoso, acorde a sus energías. El objetivo, según Marta, es ofrecer un espacio seguro donde cada niño pueda expresarse libremente sin temor a ser juzgado.
Además, el arte no solo es un medio individual, sino también grupal. «Las actividades colectivas, como pintar en un papel continuo, permiten descubrir aspectos de la personalidad de los niños, al observar cómo algunos preservan su espacio personal, mientras que otros buscan conectar sus líneas con las de los demás», explica la responsable del taller de Arteterapia.
Un recurso terapéutico más allá de las palabras
El arteterapia también se revela como una herramienta poderosa para abordar situaciones de trauma o rigidez emocional. Marta explica que esta disciplina permite trabajar con memorias traumáticas que, a menudo, no se pueden verbalizar. A través de la creación artística, se generan imágenes y narrativas que ayudan a los niños a comprender y procesar sus emociones.
Una disciplina poco conocida pero con gran potencial
En España, el arteterapia aún es una disciplina emergente, aunque en países como Inglaterra y Estados Unidos está plenamente consolidada y forma parte de programas hospitalarios. “Aquí todavía falta regulación y conocimiento, pero poco a poco se está avanzando”, apunta Marta.
Proyectos como el de El Cole de Celia y Pepe muestran el impacto positivo que puede tener el arteterapia en niños con necesidades especiales. Más allá de sus beneficios emocionales, también fomenta la resiliencia, la tolerancia a la frustración y el desarrollo de una expresión creativa que puede transformar la vida.
Un mensaje a las familias
Para las familias que dudan en probar esta disciplina, Marta tiene un consejo sencillo: “Probad a crear juntos en casa. Extendéd un papel continuo en el suelo, poned música y pintad con lo que tengáis a mano. Descubriréis una manera diferente de conectar y disfrutar en familia”.
La arteterapia en El Cole de Celia y Pepe no solo está ayudando a sus alumnos a gestionar sus emociones, sino que también está abriendo un camino hacia una educación más humana, creativa y empática.