En el post de hoy vamos a hacer algunas propuestas de ejercicios para trabajar el soplo y la respiración de manera divertida, a modo de juego, por lo que son ideales para niños. Aunque, por supuesto, con la adaptación necesaria, os servirán con pacientes adultos.
La respiración es un proceso automático durante el cual se coge aire al inspirar, normalmente por la nariz, y se expulsa en la espiración normalmente por la boca.
La respiración es necesaria para vivir y para mantener limpia la sangre. Una incorrecta respiración produce problemas de irritabilidad, fatiga, falta de atención, y problemas o perturbaciones en el lenguaje hablado.
¿Para qué sirven estos ejercicios?
Los ejercicios de soplo se realizan para ayudar a controlar la respiración y para ser conscientes del acto de respirar, por ellos sus principales objetivos son: automatizar el patrón respiratorio correcto, aumentar la capacidad respiratoria, mejorando el control del aire espirado (controlar fuerza y dirección).
El habla se produce en la fase de espiración, al sacar el aire, si no existen problemas, respiramos y hablamos con normalidad, pero si existe alguna dificultad para respirar o bien dificultades o situaciones que alteran la respiración aparecen dificultades en el lenguaje hablado: voz temblorosa, omisión de fonemas, sustitución de fonemas, perturbaciones gramaticales de orden o de construcción, tartamudeces esporádicas, etc.
Un buen dominio de la función respiratoria facilitará la corrección de algunos defectos de la articulación. Así, el interés de estas tareas reside en la importancia de entrenar en un patrón respiratorio mixto (nasal y bucal), de tipo diafragmático, así como modular la expulsión del aire. Además, las tareas de soplo permitirán que el paladar blando aumente su fuerza y tono. Por lo tanto, os resultarán muy útiles en el tratamiento de dislalias en las que el velo juegue un papel importante, como en el caso de fonemas linguovelares como la /k/, /x/ o /g/.
En los niños pequeños o menores de ocho años los ejercicios de soplo además de ayudar a controlar la respiración, ayuda a entrenar los músculos que participan en el habla, especialmente los músculos bucinadores que son los que están en la mejilla y son los que se utilizan para soplar y silbar.
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