[vc_row][vc_column width=»2/3″][vc_column_text]Ana Cano
[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/3″][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»2/3″][vc_column_text responsive_align=»left»]
[mk_divider style=»single» divider_color=»#015345″ divider_width=»full_width» margin_top=»20″ margin_bottom=»20″]
¿CUÁNDO ACUDIR A UN PROFESIONAL?
Una de las preguntas más frecuentes de los padres es cuándo se debe acudir a un profesional. Hay varias situaciones en las que se puede dar una señal de alarma que indique que es momento de observar a los niños.
- En el momento del parto o incluso durante el embarazo, se pueden presentar diversos trastornos que hacen prever que el bebé va a necesitar un seguimiento los primeros meses de vida para prevenir o minimizar futuras alteraciones en su desarrollo. En el caso en que se conozca que existe algún síndrome o trastorno, es muy importante establecer cuanto antes contacto con el equipo de atención temprana.
- En las revisiones que se hacen a través del pediatra se pueden detectar retrasos madurativos o distintas alteraciones. El médico entonces dará la señal de alarma y se empezarán las tramitaciones para derivar a atención temprana.
- Desde el ámbito escolar también se pueden percibir distintas situaciones que indiquen que el niño puede estar algo más atrasado que el resto de la clase, en cuanto al lenguaje o la relación social con los compañeros. En este caso se hablará con los padres para llevar a cabo las gestiones necesarias a través del equipo de orientación.
- Hay padres o familiares que también se dan cuenta de que algo no marcha del todo bien con su hijo o hija. Comparan con otros niños del entorno y encuentran que hay diferencias en el desarrollo. Es importante no alarmarse y no intentar buscar respuestas rápidas en fuentes no fiables como internet o amigos y familiares que no sean profesionales. Es mejor acudir al pediatra o a los profesores de los niños y comentarles las inquietudes que se tienen, para que ellos puedan asesorar de la mejor manera posible.
Es frecuente que la gente a nuestro alrededor, nos diga que el niño “ya hablará” o “ya se le pasará”.
Aunque no hay que tomárselo con excesiva angustia, si creemos que algo no está bien es mejor que acudamos a un profesional, ya que ellos pueden evaluar de mejor manera un posible nivel de riesgo y aunque no haya que comenzar un tratamiento pueden dar pautas e indicarnos cómo valorar que el niño sigue un desarrollo normalizado.
[mk_divider style=»single» divider_color=»#015345″ divider_width=»full_width» margin_top=»20″ margin_bottom=»20″]
Logopeda y educadora infantil.
Especializada en atención temprana y trastornos de habla y lenguaje en niños.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/3″][/vc_column][/vc_row]