En España, la salud mental de los jóvenes se enfrenta a una grave crisis, con el suicidio convertido en la primera causa de muerte no accidental en este grupo de edad. Según un informe de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC), el aumento de los problemas de salud mental en adolescentes y jóvenes es alarmante, especialmente tras la pandemia, con cifras que señalan un incremento significativo de casos de ansiedad, depresión y conductas autolesivas.

Las cifras reflejan una realidad preocupante: la falta de recursos y de apoyo especializado para atender a esta población vulnerable. El estigma asociado a los trastornos mentales, así como la falta de acceso a servicios de salud mental adecuados, contribuyen a que muchos jóvenes no reciban la ayuda necesaria a tiempo.

Factores de riesgo y desafíos en la salud mental de los jóvenes

Los expertos en salud mental del Gabinete Multidisciplinar de la Fundación Querer destacan que «los jóvenes se enfrentan a una presión social constante, derivada en gran parte del uso excesivo de las redes sociales y las expectativas académicas, lo que impacta directamente en su bienestar emocional». Este estrés, sumado a la falta de herramientas para gestionar sus emociones, puede llevar a episodios de ansiedad y depresión que en muchos casos derivan en conductas autolesivas o pensamientos suicidas.

Además, subrayan que «la pandemia ha sido un catalizador para el empeoramiento de la salud mental en adolescentes, al aumentar el aislamiento social y reducir el contacto con sus grupos de apoyo, como amigos y familiares». La falta de interacción física y el uso excesivo de dispositivos digitales han incrementado la sensación de soledad, una de las principales causas de deterioro emocional en los jóvenes.

La respuesta necesaria para frenar la crisis

Desde la Fundación Querer, los especialistas insisten en la importancia de un enfoque preventivo: «Es crucial implementar programas de salud mental en colegios e institutos para enseñar a los jóvenes a reconocer y gestionar sus emociones, así como ofrecer un acceso más ágil a los servicios de apoyo psicológico». La intervención temprana es clave para evitar que los problemas de salud mental se agraven y para dotar a los jóvenes de las herramientas necesarias para enfrentar los desafíos emocionales.

Además, los expertos sugieren que las políticas de salud deben centrarse en aumentar los recursos para la atención psicológica. «Necesitamos más psicólogos y psiquiatras en el sistema de salud para atender de manera efectiva a los jóvenes que atraviesan estas crisis. Sin una respuesta adecuada y coordinada, corremos el riesgo de perder una generación entera a causa de la falta de apoyo emocional y terapéutico», afirman desde el Gabinete Multidisciplinar de la Fundación Querer.

Rompiendo el estigma y fomentando la comunicación

Una de las mayores barreras para tratar la crisis de salud mental es el estigma que rodea a los trastornos psicológicos. Los expertos de la Fundación Querer afirman que «es fundamental educar a la sociedad para que comprenda que la salud mental es tan importante como la salud física, y que pedir ayuda no es una señal de debilidad, sino de valentía y autoconocimiento».

Iniciativas de concienciación y campañas educativas pueden ser herramientas poderosas para reducir el estigma y alentar a los jóvenes a buscar ayuda antes de que sus problemas se conviertan en situaciones críticas. La Fundación Querer se compromete a seguir trabajando para brindar apoyo y recursos a aquellos que más lo necesitan, promoviendo una sociedad más empática y consciente de los desafíos que enfrentan los jóvenes en la actualidad.