Los reguladores federales estadounidenses y los expertos en seguridad alimentaria del país llevan tiempo advirtiendo sobre la peligrosidad de la presencia de cronobacter sakazakii en la fórmula de leche en polvo para bebés, una bacteria inofensiva para la mayoría, pero que puede causar enfermedades graves e incluso ser mortal para los recién nacidos, bebés prematuras o personas con sistemas inmunológicos débiles.
El cronobacter es una bacteria que se encuentra de forma natural en el medioambiente y sobrevive en alimentos secos como los almidones, el té de hierbas o la fórmula infantil en polvo, tal y como indica en su web los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), la agencia de salud pública de Estados Unidos.
En el caso de la fórmula infantil en polvo, lo controvertido recae en que se trata de un alimento no esterilizado que puede contaminarse de bacterias tanto en casa -de forma accidental, por ejemplo, al estar en contacto con un objeto o superficie contaminada- como en las fábricas donde se produce.
En relación a esto, el diario estadounidense The Washington Post comparte la historia de Jeanine Kunkel, una bebé nacida en 2008 que, a los pocos días de nacer, se infectó por cronobacter. La infección le causó un caso grave de meningitis que derivó en un daño cerebral irreparable. La familia demandó al fabricante de la fórmula, pero los abogados de la compañía alegaron que las bacterias podrían haber venido de cualquier lugar, incluida la cocina, e incluso sacaron a la luz incidentes del pasado familiar. Finalmente, un jurado declaró que el laboratorio no era culpable.
Falta de control e información
La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) pide a los fabricantes de estas fórmulas que inspeccionen la presencia de cronobacter y ha instado a las unidades de cuidados intensivos de bebés recién nacidos a evitar la fórmula en polvo.
Sin embargo, la información sobre el riesgo de infecciones por cronobacter no termina llegando a los padres de bebés sanos, que son también vulnerables a esta bacteria hasta aproximadamente los 2 o 3 meses, según afirman expertos y recoge el diario estadounidense. Además, es habitual que desde el propio hospital les entreguen muestras gratuitas de fórmula en polvo cuando se marchan a casa, y rara vez les recomienden una alternativa más segura y disponible: fórmula ya esterilizada lista para beber.
“La FDA, los CDC y las empresas saben que el producto (en polvo) no es estéril, pero las mamás y los papás no”, aseguró un abogado especializado en brotes de enfermedades transmitidas por los alimentos a The Washington Post.
Los tres principales fabricantes de fórmulas de EE. UU. aseguran que realizan pruebas rigurosas de cronobacter antes de que sus productos salgan de la fábrica.
Además, EE.UU. es uno de los pocos países que no ha firmado el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que exige la prohibición de muestras de fórmula gratuitas en los hospitales, entre otros límites de comercialización. También dice que el agua utilizada para reconstituir la fórmula en polvo debe calentarse a 70 grados para matar patógenos como la cronobacter.
Por otro lado, los tres principales fabricantes de fórmulas de EE. UU. (Abbott Nutrition, Reckitt’s Mead Johnson y Nestlé’s Gerber) aseguran que realizan pruebas rigurosas de cronobacter antes de que sus productos salgan de la fábrica y añaden voluntariamente advertencias a las latas indicando que el producto no está esterilizado y solicitando la orientación de un médico. No obstante, no recomiendan el uso de agua caliente a 70 grados por el riesgo de quemaduras y porque el calor podría matar los nutrientes o hacer que la fórmula se aglomere.
Enfermedad rara pero grave en los bebés
Aunque las infecciones por cronobacter son raras, y la gran mayoría de los niños expuestos nunca enferman, pueden ser mortales en los bebés recién nacidos, asegura los CDC en su web. Estas bacteria pueden causar septicemia, una infección de la sangre, o meningitis, una inflamación del líquido y las membranas que rodean el cerebro (meninges) y la médula espinal.
Se notifican aproximadamente de dos a cuatro casos cada año a los CDC pero, tal y como el organismo indica, «esta cifra posiblemente no refleje la verdadera cantidad de casos» ya que «la mayoría de los hospitales y laboratorios no tienen la obligación de notificar las infecciones por cronobacter a los departamentos de salud».
No obstante, un estudio de 2020 informó de que 1 de cada 5 bebés en EE.UU. que desarrollaron meningitis o septicemia como resultado de infecciones por cronobacter murieron más tarde. Además, aquellos que sobreviven pueden sufrir complicaciones duraderas.
Dificultad para encontrar la fuente de la infección
El último brote de cronobacter ocurrió el año pasado, cuando la Administración de Drogas y Alimentos de EE.UU. informó de que cuatro bebés enfermaron y dos murieron después de beber fórmula en polvo fabricada en una planta de Abbott en Michigan. Los investigadores no pudieron identificar la fuente de la bacteria, pero la compañía retiró cinco millones de unidades de fórmula en polvo y cerró la planta durante cinco meses, lo que provocó una escasez en todo el país. Después del incidente, los CDC advirtieron en su web de que “la fórmula en polvo no es estéril y podría contener gérmenes».
Las partículas bacterianas pueden sobrevivir durante largos períodos de tiempo y distribuirse de manera desigual en la fórmula.
El Programa Especial de alimentos suplementarios para Mujeres, Bebés y Niños (WIC, por sus siglas en inglés) permitía en ese momento a la mayoría de las madres comprar solo fórmula en polvo, en lugar del líquido estéril. A pesar de que se propuso que se ampliara el número de recién nacidos a los que se les permitía beneficiarse de la compra de fórmula líquida, la propuesta no avanzó, en gran parte porque esta fórmula es más cara y aumentaría el coste del programa, aseguró un científico a The Post. «También hubo una pequeña preocupación sobre la posible estigmatización de la fórmula en polvo», añadió.
La realidad es que erradicar la cronobacter por completo de las fábricas es difícil, según los expertos, ya que la bacteria sobrevive especialmente bien en ambientes secos como la fórmula en polvo. Además, puede llegar a la fórmula en cualquier punto de la preparación, incluso en las casas y en las cocinas de las guarderías, lo que dificulta rastrear la fuente o responsabilizar a las personas o empresas por los brotes.
Por otro lado, los expertos en seguridad alimentaria aseguran que se necesitarían pruebas frecuentes de fórmula en polvo para determinar si están contaminadas de la bacteria ya que las partículas bacterianas pueden sobrevivir durante largos períodos de tiempo y distribuirse de manera desigual en la fórmula. Esta arbitrariedad dificulta también poder determinar la fuente de una infección y puede conllevar, en definitiva, a que las familias carguen con la culpa en los tribunales.