Hola, que tal estamos. A parte de mi objetivo eterno de introducir hábitos más saludables en nuestras vidas, especialmente en las comidas, este año me he propuesto reflexionar sobre el futuro. Es decir, pensar en que cosas puedo actuar desde ya para que mi Paquete sea un hombre de su tiempo feliz y competente.

Todo esto viene porque el otro día leí en un foro económico que el 65% de los niños de primaria van a ejercer trabajos en el futuro que hoy todavía no existen.

Además coincidió que hacía poco, leí un artículo de mi admirado José Antonio Marina en el que hablaba de lo complicado que resulta determinar “qué herramientas, conocimientos y habilidades necesitarán las generaciones venideras y cómo educar a los jóvenes para afrontar su realidad”. Y de lo importante que es generar Talento para poder enfrentarnos personal y socialmente a un futuro incierto con garantías de éxito.
Talento es “inteligencia triunfante”. “Talento es el buen uso de la inteligencia. Es decir, que una persona muy inteligente puede tener una inteligencia fracasada porque no ha utilizado bien su Talento. A la inteligencia que aprovecha bien sus recursos la llamamos Talento.

Hasta ahora la posibilidad de encontrar un empleo dependía de las competencias y de los conocimientos que se tuvieran. Pero esto ha cambiado, comienza a darse más importancia a la capacidad de aprender. La razón es sencilla. El mundo de la empresa cambia con mucha rapidez, lo que hace necesaria una actualización constante. Se supone que los jóvenes que terminan este año sus estudios tendrán que reciclarse entre 10 y 14 veces a lo largo de su vida laboral, lo cual exige una capacidad de aprendizaje muy amplia.

Desde el mundo de la pedagogía se trata de fomentar la capacidad de aprender del alumno. Las nuevas corrientes piensan que la inteligencia, que se define por la capacidad de aprender, es una facultad ampliable. También están de acuerdo en que antes de empezar a presentar contenidos a los alumnos, conviene dedicar el tiempo necesario a preparar y estimular su capacidad de aprender. Esto es válido a todas las edades y en todas las situaciones.

 

 

A través de las experiencias cotidianas, todos aprendemos continuamente, queriendo o sin querer, pero este aprendizaje no será suficiente para sobrevivir en el mundo acelerado, cambiante y competitivo, en el que irremediablemente vamos a vivir y van a vivir nuestros hijos. Durante milenios el periodo de formación terminaba al aprender un oficio o acabar una carrera. El aprendizaje nos permite adaptarnos a las exigencias del entorno o a nuestras propias exigencias, y la situación actual nos obliga a aprender continua y aceleradamente. Desde el punto de vista laboral, el aprendizaje es una necesidad obvia.

Dicho así, el futuro parece una condena, porque presuntamente nos obliga a seguir estudiando de por vida si queremos sobrevivir. Nuestros sistemas educativos olvidan con frecuencia que hay que fomentar la satisfacción de aprender, de descubrir, de explorar, de conocer. Hay un momento triste en la evolución educativa de todos los niños cuando sustituyen el deseo de saber por el deseo de aprobar. El primer paso para constituir una «sociedad del aprendizaje» es recuperar la «pasión de aprender» con la que nacemos.

Ya tenemos identificados dos factores que van a determinar nuestro futuro: la pasión de aprender, y la ampliación de nuestra capacidad de aprender. Hay un tercer factor importante: saber lo que hay que aprender.

David Deming, profesor asociado de educación y economía en la Universidad de Harvard, dice que las competencias sociales como compartir y negociar serán fundamentales. Asegura que el lugar de trabajo moderno, donde las personas cambian entre diferentes funciones y proyectos, se asemeja en gran medida a las aulas de infantil, donde aprendemos habilidades sociales como la empatía y la colaboración.

Además, para que estén bien formados y preparados, deberán de desarrollar otras capacidades importantes:

Transdisciplinaridad: Se refiere a la capacidad de poder adoptar varios puntos de vista.

Buen manejo de la información:Las personas reciben muchísima (móvil, internet, revistas, anuncios…). Saber seleccionarla, filtrarla y priorizarla debe convertirse en una destreza que un trabajador tiene que dominar.

Desarrollar el pensamiento crítico: para entender los procesos de la empresa y sacar el mejor provecho de ellas.

Creatividad: es la capacidad de innovación que tengas.De probar caminos totalmente nuevos para llegar a las cosas y de ser flexible a los cambios.
Coordinar equipos de trabajo: la capacidad de trabajar en equipo.

Inteligencia emocional: Prácticamente es un elemento transversal al resto de las habilidadeslaborales porque se trata del manejo de las emociones para las relaciones

Estar capacitado para tomar decisiones: Esta competencia laboral se relaciona con la resolución de problemas.

Cultivar las habilidades de negociación: Para que una negociación sea exitosa tiene que existir voluntad entre las partes y respeto mutuo.

Practicar la flexibilidad cognitiva: esto es adaptar los conocimientos a las situaciones y gestión de la empresa.

Pues esto es todo! Como veis tenemos trabajo que hacer y mucho sobre lo que reflexionar.

Y vosotros, que opináis, que creéis que deben aprender vuestros hijos para estar preparados para su futuro? Me encantará leer vuestros comentarios.
Un besico a todas!

 

 

Mª Angustias Mariscal Navarro
Psicopedagoga y diplomada en Magisterio con amplia experiencia como educadora.
Al frente de Club Mandarina.