Durante años, los científicos y los padres han promocionado los beneficios de introducir a los bebés en dos idiomas: se ha demostrado que la experiencia bilingüe mejora las habilidades cognitivas, especialmente la resolución de problemas.
Y para los bebés criados en hogares donde se hablan dos idiomas, el aprendizaje bilingüe ocurre casi sin esfuerzo. Pero, ¿cómo pueden los bebés en hogares monolingües desarrollar tales habilidades?
«Como investigadores que estudian el desarrollo temprano del lenguaje, a menudo escuchamos a padres que están ansiosos por brindarles a sus hijos la oportunidad de aprender otro idioma, pero que no pueden pagar una niñera de un país extranjero y no hablan un idioma extranjero», dijo Naja Ferjan Ramírez, investigadora científica del Instituto de Aprendizaje y Ciencias del Cerebro de la Universidad de Washington (I-LABS).
Un nuevo estudio realizado por investigadores de I-LABS, publicado el 17 de julio en Mente, cerebro y educación, es uno de los primeros en investigar cómo los bebés pueden aprender un segundo idioma fuera del hogar. Los investigadores trataron de responder a una pregunta fundamental: ¿se les puede enseñar a los bebés un segundo idioma si no se exponen en el idioma extranjero en el hogar y, de ser así, qué tipo de exposición a ese idioma y cuánto se necesita para estimular ese aprendizaje?
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