[vc_row][vc_column width=»2/3″][vc_column_text]Andrea Rodríguez Martínez[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/3″][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»2/3″][vc_column_text responsive_align=»left»]
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Aprendiendo con títeres
Hoy en día existe, cada vez más, mayor conciencia del importante papel del juego en el sano desarrollo de los niños. El juego constituye un elemento básico en la vida de estos, que además de divertido resulta necesario para su desarrollo.
El juego es una actividad irremplazable para desarrollar la capacidad de aprendizaje de los niños. Tanto es así, que jugar es un medio de expresión y de maduración en el plano físico, cognitivo, psicológico y social.
Además, las últimas investigaciones han descubierto que las redes neuronales del aprendizaje se activan cuando la persona está contenta y tranquila, y por el contrario, el estrés y el miedo bloquean esa red neuronal, impidiendo el aprendizaje.
Por ese motivo el juego proporciona una herramienta fundamental, ya que predispone al niño a aprender en su más amplio sentido. Jugando no solo se pueden aprender contenidos curriculares, si no también otros aspectos como rutinas, habilidades…
Por todo ello, la mejor metodología posible que se puede llevar a cabo en el cole, es aquella que se basa en trabajar desde una perspectiva globalizada, práctica, creativa y lúdica, donde el niño aprenda jugando y juegue aprendiendo.
Una de las actividades que mejor describe esta persperctiva educativa es el teatro de tíeteres.
El teatro de títeres, por sus características, constituye en todo el mundo un vehículo artístico privilegiado, y también una herramienta educativa de gran importancia. Son muchos los docentes y los investigadores que han experimentado, reflexionado y publicado alrededor del teatro con títeres y sus posibilidades en la escuela, y en estos trabajos han resaltado sobre todo la consideración del títere como instrumento efectivo en todas las áreas del currículo y de manera especial en el desarrollo de las habilidades lingüísticas, principalmente las relacionadas con la lengua oral.
Como decía, en las últimas décadas un número importante de especialistas han intentado profundizar en las posibilidades educativas y terapéuticas de los títeres, con resultados muy positivos.
Por ejemplo, la titiritera alemana Traude Kossatz afirma que no hay ninguna otra forma de arte que acceda con tanta facilidad a los niños. El títere es más pequeño que los niños, de forma que éstos no sienten detrás la presencia de los adultos. Por esta razón es evidente que los muñecos logran fácilmente niveles de conexión profundos con los más pequeños, algo que no siempre se consigue a través de otros recursos.
Por otra parte, autores como Skulzin y Amado plantean que el taller de títeres como actividad escolar “es una herramienta que promueve el aprendizaje de diferentes conocimientos y habilidades a partir de situaciones de interacción social”. Sin duda constituyen una herramienta educativa muy interesante.
Judith O´Hare en su libro “The power of puppets to entertain and to educate” (“el poder de los títeres para entretener y educar”) habla sobre la doble vertiente, educativa y terapéutica, que tiene el trabajo con títeres y afirma la gran relación que estos tienen con la teoría de las inteligencias multiples de Gardner y con los elementos de la taxonomía de objetivos educativos de Bloom. Según ella “un programa de marionetas bien planificado conecta con todas las múltiples inteligencias de las que disponemos y las muchas maneras en que las personas aprenden. La recreación de personajes e historias con títeres ayuda a los niños a absorber y recordar lo que han aprendido e interiorizar la información para que puedan recontar las historias desde la mente y el corazón. Los títeres establecen una conexión emocional y cognitiva con ideas, información, historias, personajes, literatura y situaciones históricas y vivenciales”.
Como docentes, uno de nuestros objetivos es mostrar que el tiempo dedicado a un programa de títeres o marionetas bien desarrollado es, de hecho, un tiempo bien empleado.
Miguel Ángel Zabalza, autor de numerosos libros y profesor de la Universidad de Santiago de Compostela, entiende el trabajo con títeres como una actividad donde se implica toda la persona: emociones, destrezas motrices, lenguaje, expresividad, sensibilidad, conocimientos, etc. Además, pueden graduar la implicación del alumnado en el proceso, desde la simple representación a la construcción de la historia, de la escenografía y de los propios títeres, y también desde la simple narración de hechos o de situa- ciones al planteamiento teatral.
Por su parte, la autora Tova Ackerman, en uno de sus libros, “The puppet as a metaphor” (“el títere como una metáfora”) resalta el aspecto oral del títere, la importancia de la palabra y sobre todo la capacidad de desarrollo de la imaginación.
Así pues, los títeres poseen un singular magnetismo y creo que existe un consenso respeto a los beneficios o ventajas del trabajo con ellos, ya sea desde lo artístico, lo educativo o terapéutico:
- Desarrolla la expresión creativa y la imaginación.
- Estimula la comprensión y la expresión oral espontánea.
- Favorece la empatía.
- Incrementa la capacidad de atención.
- Educa en valores (tolerancia, generosidad, respeto, bondad…)
- Desarrolla la coordinación y el sentido del tiempo.
- Incrementa la autoconfianza y la satisfacción personal.
- Desarrolla habilidades de interacción social.
Aparte de los beneficios y ventajas que nos aporta esta actividad; algunas de las características básicas del teatro con títeres actúan como potentes factores terapéuticos.
Mane Bernardo en su libro “Títeres y niños” aporta varias experiencias con niños diagnosticados con patologías psíquicas. En algunos casos, se observa cómo algu- nas de las características básicas del teatro de títeres actúan como potentes factores terapéuticos.
Hoy en día el teatro con títeres y sus peculiaridades se muestran como una de las herramientas con más vitalidad en la educación especial de las personas con discapacidad, y en el tratamiento de varias dificultades del alumnado en las primeras etapas de la enseñanza.
Carlo Piantoni pone de manifiesto la importancia del trabajo dramático con títeres ya que representa en la educación especial un magnífico medio de progreso. Asegura que quien ya haya acercado al niño discapacitado a este lenguaje expresivo habrá podido descubrir que es un motor capaz de impulsar toda una serie de procesos positivos.
El mayor valor sicoterápico de los títeres se alcanza cuando el niño puede representar sus propios problemas. La espontaneidad pone en acción su propia personalidad, especialmente desde su punto de vista intelectual.
Fuera del valor individual que tiene para cada niño, el títere tiene la gran ventaja de ser un juego o actividad colectiva. Cada uno de ellos puede beneficiarse con la experiencia de los demás. En una función de títeres se establecen contactos sociales y se viven muchas experiencias emocionales.
Para niños que presenten, o no, cualquier tipo de dificultades en su desarrollo (emocionales, de atención, de lenguaje…) hablar del teatro con títeres como estrategia pedagógica sería muy acertado, ya que nos posibilita potenciar las capacidades motoras y creativas de los niños, estimulando, a su vez, la confianza en sí mismos y la expresión desde la propia vivencia, a través de medios como la risa (u otras emociones), la mímica, la representación…
Si logramos todo esto, la consecuencia recaerá en el desarrollo de la expresión verbal y corporal de un niño, es decir, la expresión de un niño que comprenderá su cuerpo como un medio de comunicación y relación con el otro.
En definitiva, los títeres pueden aportar una serie de elementos positivos al proceso de enseñanza/aprendizaje, y sobre todo pueden ayudar al alumnado a aprender (no tan solo en el contexto escolar, sino en la vida) y a expresarse. Los títeres constituyen una forma creativa y expresiva del arte que se hace accesible a los niños y que puede reforzar el proceso educativo. Con este recurso enseñamos a estar abiertos al entorno, a vivir más intensamente y a expresar mediante palabras y acciones lo que sentimos.
“El uso de títeres puede desarrollar habilidades claves de alfabetización, mejorar el acercamiento a la literatura y hacer que las experiencias de aprendizaje sean más significativas.” Sharon Peck.
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Andrea Rodríguez Martínez
Diplomada en Educación Infantil.
Licenciada en Psicopedagogía.
Amplia experiencia docente en enseñanza infantil y primaria.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/3″][/vc_column][/vc_row]