El Dr. Álvaro Pascual-Leone es toda una eminencia mundial en Neurología, con una trayectoria profesional que abarca más de 35 años de experiencia y una sólida formación en diversos campos de la especialidad. Su liderazgo se manifiesta especialmente en el desarrollo de la estimulación magnética transcraneal, tanto en la neurociencia cognitiva como en aplicaciones terapéuticas en Neurología, Psiquiatría y Neurorrehabilitación. Aunque nació en Valencia, su labor es verdadera Marca España ya que su carrera se ha desarrollado en Estados Unidos.
Como catedrático de la Harvard Medical School y senior scientist en el Hinda and Arthur Marcus Institute for Aging Research at Hebrew SeniorLife, dirige proyectos de investigación centrados en comprender los mecanismos de la plasticidad cerebral a lo largo de la vida y en encontrar formas de modificarlos para alcanzar el comportamiento óptimo del individuo. Su enfoque multidisciplinario y su compromiso con la innovación lo han llevado a liderar el Guttmann Brain Health Institute desde 2019, consolidando su posición como referente en el campo de la Neurología a nivel mundial.
Un año más, el doctor Pascual-Leone ha viajado desde Estados Unidos hasta España para participar como ponente en las V Jornadas Neurocientíficas y Educativas de Fundación Querer.
P. Un año más, ha viajado desde Estados Unidos para ser ponente de en las Jornadas Neurocientíficas y Educativas de Fundación Querer. ¿Qué mensaje ha querido lanzar a todos los asistentes?
R. La primera idea que he querido transmitir es que en vez de esperar a que se manifiesten problemas de enfermedades neurológicas o psiquiátricas, enfermedades del cerebro, lo que tenemos que hacer es abordar la promoción de salud cerebral para prevenir. O sea, entender qué tenemos que hacer cada uno para mantener a lo largo de toda nuestra vida un cerebro sano. Eso tiene que estar anclado en entender adecuadamente y seguir avanzando en el conocimiento de lo que es un cerebro sano y de qué cosas podemos cada uno de nosotros hacer. Eso, lo que requiere al final, es tener medidas, tener una especie de báscula para el cerebro, para poder pesarnos y saber cómo vamos, bien o mal. Lo segundo que he querido destacar es que si no hacemos eso, llegamos a un momento en que hay alteraciones de la actividad cerebral que dan lugar a los síntomas de las enfermedades que podamos tener.
P. ¿Y qué podemos hacer al respecto?
R. Podemos hacer que el cerebro funcione mejor caracterizando esas alteraciones. Pero el impacto de la enfermedad sigue siendo mucho menor que si somos capaces de, por lo menos y además, promover la buena salud cerebral.
P. Esa salud cerebral de la que habla, ¿qué puertas abriría? ¿Qué nuevos caminos y a qué nuevo escenario nos enfrentaríamos aplicándola?
R. Yo creo que nos permitiría darnos cuenta de que una enfermedad en el cerebro no es suficiente para descartar la posibilidad de tener un cerebro que funcione de forma satisfactoria. Uno, cuando tiene disfunción cerebral, una alteración del cerebro y tiene síntomas por ello, puede hacer mucho para que el cerebro sea capaz de sobrellevar esa enfermedad. El enfoque en salud cerebral nos permite empezar a vislumbrar lo que podemos hacer para ayudar a gente a sobrellevar mejor las enfermedades que pueda tener.
P. Uno de los ponentes ha asegurado que los grandes descubrimientos en el ámbito de la ciencia de los próximos 50 años van a tener que ver con el cerebro. ¿Está de acuerdo con la afirmación?
R. Por lo menos, cabría decir que ojalá así sea. El sufrimiento que las enfermedades cerebrales están produciendo es enorme. También a nivel económico, para los sistemas sanitarios y para la sociedad humana. Además, tenemos las herramientas para que así sea. Son inmensos los avances en neurotecnologías que nos permiten leer, y a la postre, modificar de forma controlada la actividad cerebral. Esas herramientas son una realidad y cada vez son mejores. Y, teniendo esas herramientas, podemos realmente esperar que vamos a avanzar en el conocimiento y en ayudar a la gente.
P. Cabe incluir el término inteligencia artificial, que es una otra muleta en la que apoyarse y que puede servir como motor para esta lanzadera.
R. Es importante ser consciente de la complejidad de la actividad cerebral, que es muy notable. Esto da lugar a la necesidad de desarrollo de tecnologías y herramientas para poder analizar y entender bien esa compleja actividad. Machine Learning, la inteligencia artificial son herramientas críticas en los abordajes físicos para poder, realmente, encontrar sentido en la complejidad y la enorme cantidad de datos que podemos obtener del cerebro.
P. La ciencia es una disciplina muy de comunidad, de compartir… Este tipo de eventos, ¿cómo os beneficia a los investigadores?
R. Una de las cosas que pasan en la ciencia y, en general en la sociedad, es que los expertos estamos muy aislados unos de otros. Hay gente que se relaciona solo con los que hacen estimulación cerebral y los que sólo interactúan con los de anatomías. Pero no hay contacto con educadores, padres, niños, enfermos, personas mayores ni con distintas especialidades como la filosofía o la ingeniería. El abordaje multidisciplinar en un sentido muy amplio es crítico. Y eso requiere integración, que es, realmente, la labor de organizaciones como la Fundación Querer. La diseminación de conocimiento gracias la visibilidad que logra, es la única forma de conseguirlo. Tener oportunidades para tener este tipo de relaciones multidisciplinares acaba siendo necesario para poder realmente entender dónde encaja lo que uno está haciendo y qué le falta por hacer.
P. La relación es tan estrecha que parece que no hay Jornadas de Fundación Querer sin Álvaro Pascual-Leone. ¿Cómo ha vivido esta edición?
R. Para mí es un verdadero honor. Creo que que la misión y los logros de la Fundación Querer son espectaculares. Su labor es muy necesaria. Plantear cómo trasladar conocimientos científicos, no solo a la gente de la divulgación, sino en casos concretos, de niños adecuadamente educados en colegios… eso es único. Y poder apoyar a esa labor, para mí, es un privilegio.
P. Para terminar, un mensaje que le gustaría dejar.
R. Tenemos que transformar el impacto negativo de las enfermedades neurológicas y psiquiátricas gracias al enfoque y la promoción de salud cerebral a lo largo de toda la vida.