l tratamiento de muchos trastornos del neurodesarrollo comienza por la investigación en modelos animales. Con ellos se testea para dar con terapias e incluso con la cura de estas enfermedades. La científica e investigadora Aixa Morales está al frente de un equipo de trabajo del Instituto Cajal, centro de investigación perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que se dedica a investigar el desarrollo del cerebro y la formación de nuevas neuronas en la etapa adulta.
Sobre el uso de modelos animales para entender y curar los trastornos del neurodesarrollo ha hablado Morales durante su ponencia en las V Jornadas Neurocientíficas y Educativas de la Fundación Querer.
¿Qué ha explicado durante su ponencia?
Yo me he referido sobre todo al valor de utilizar modelos animales, como el ratón, para entender cómo se forma el cerebro de manera correcta y, además, cómo abordar cuando hay alteraciones. La mayoría de ellas, en el caso de humanos, son alteraciones con una base genética, y esos genes que están alterados en humanos los podemos modificar en animales como el ratón. De esta manera, no solo podemos ver a nivel celular y a nivel de estructura del cerebro cuáles son las alteraciones, cuáles son los cambios de migración de células o de conectividad, sino que también en esos modelos animales podemos testar o analizar comportamientos o tareas que están alteradas en pacientes que tienen esa mutación genética.
¿Cuáles son las particularidades de su investigación?
Yo me he referido sobre todo al valor de utilizar modelos animales, como el ratón, para entender cómo se forma el cerebro de manera correcta y, además, cómo abordar cuando hay alteraciones. La mayoría de ellas, en el caso de humanos, son alteraciones con una base genética, y esos genes que están alterados en humanos los podemos modificar en animales como el ratón. De esta manera, no solo podemos ver a nivel celular y a nivel de estructura del cerebro cuáles son las alteraciones, cuáles son los cambios de migración de células o de conectividad, sino que también en esos modelos animales podemos testar o analizar comportamientos o tareas que están alteradas en pacientes que tienen esa mutación genética.
¿Qué puertas abren este tipo de estudios?
Las puertas que nos abre este tipo de investigación son, primero, darnos cuenta del sustrato celular y molecular de esas alteraciones humanas como vía para empezar a buscar dianas terapéuticas. Estas pueden ser mediante la utilización de fármacos o, cada vez más, mediante la modificación genética, utilizando por ejemplo herramientas como vectores virales que nos permitan llegar a esas células que están alteradas en el paciente y corregir la modificación genética que las ha causado. Pero para llegar a ese nivel, necesitamos hacer todos estos experimentos previos en animales y estar seguros de que no solo conseguimos corregir y mejorar la funcionalidad cerebral, sino también de que no tiene ningún efecto negativo sobre las capacidades y el funcionamiento cerebral. Por eso, el uso de estos modelos animales es fundamental.
Hay científicos que aseguran que los mayores avances de los próximos 50 años estarán relacionados con el cerebro. ¿Lo comparte?
Sí, fundamentalmente porque, digamos, el cerebro, como todos sabemos, es como el gran desconocido. No solo porque se le haya dedicado, a lo mejor, menos atención, sino sobre todo por la complejidad y la dificultad que había en tener herramientas para poder abordar su estudio. El avance en el cerebro va a ser lo que marque la ciencia en biomedicina en los próximos años, son fundamentales.
Además, cada día se cuenta con mayor tecnología…
Gracias a avances tecnológicos, entre otras cosas, avances como la inteligencia artificial, el modelado de redes neuronales, y el uso también del modelado utilizando células humanas que podemos transformar en neuronas y analizar qué alteraciones hay en esas neuronas, construyendo incluso cerebroides en cultivo, todos esos avances tecnológicos nos van a ayudar a revolucionar el conocimiento del cerebro
¿Cómo ha sido su experiencia en estas jornadas?
Los científicos muchas veces nos centramos en asistir a congresos muy enfocados en aspectos de ciencia básica o de ciencia traslacional, pero a veces perdemos el contacto con médicos, familias y pacientes. Entonces, el hecho de que este tipo de jornadas ponga el foco en el paciente y nos invite a educadores, científicos y médicos es lo que realmente hace este encuentro especial. Nos pone a nosotros un poco con el pie en la realidad de lo que necesita el paciente, las familias y cómo se está abordando desde distintos ángulos.