El autismo, un trastorno del neurodesarrollo que afecta la comunicación, la interacción social y provoca patrones de comportamiento repetitivos, sigue siendo un desafío médico y social de gran magnitud. Conocer sus causas y factores asociados es clave para avanzar en su diagnóstico temprano y tratamiento. En esta línea, Daniela Tautiva, neuropsicóloga y coordinadora terapéutica del Gabinete de la Fundación Querer, nos brinda una visión experta, complementada por la campaña de concienciación impulsada por UNIR, Universidad Internacional de La Rioja, que busca sensibilizar a la sociedad.

Causas del autismo: un complejo rompecabezas

Actualmente, el consenso científico señala que el autismo es el resultado de la interacción de factores genéticos y ambientales. «No existe una única causa del autismo«, destaca Tautiva. «Las alteraciones en el desarrollo cerebral, particularmente en la forma en que las neuronas se conectan y comunican entre sí, parecen ser centrales». Estudios en gemelos han mostrado una alta concordancia en el diagnóstico, subrayando que la genética representa hasta un 80% del riesgo. No obstante, la contribución genética involucra múltiples genes y su interacción con el entorno.

Entre los genes más asociados al autismo están el SHANK3, vinculado al síndrome de Phelan-McDermid, y el MECP2, relacionado con el síndrome de Rett. Sin embargo, Tautiva insiste en que «la genética del autismo es altamente compleja; no se puede atribuir a un único gen».

El impacto de los factores ambientales

Aunque menos comprendidos que los genéticos, los factores ambientales también desempeñan un rol importante. «Complicaciones durante el embarazo, infecciones maternas o la exposición a sustancias tóxicas son algunos de los más estudiados», comenta. Condiciones como la preeclampsia o la exposición al ácido valproico en el embarazo han mostrado asociación con un mayor riesgo, aunque no son causas directas.

Además, investigaciones recientes han destacado el impacto potencial de la microbiota intestinal y su influencia en el desarrollo cerebral, un área que empieza a ganar relevancia en la comprensión del autismo.

Avances en la investigación científica

El uso de estudios genéticos, neuroimágenes y análisis longitudinales ha permitido arrojar luz sobre las causas del autismo. «La neurociencia ha revelado cómo las conexiones neuronales y la comunicación entre áreas cerebrales vinculadas al procesamiento social y comunicativo son determinantes«, explica la especialista.

Sin embargo, los esfuerzos no se limitan al ámbito científico. La campaña de UNIR sobre el autismo busca generar conciencia y promover la integración de personas con esta condición, fomentando una sociedad más inclusiva.

En el Gabinete de la Fundación Querer, coordinado por Daniela Tautiva, se trabajan enfoques terapéuticos diseñados para abordar las necesidades específicas de niños con trastornos del neurodesarrollo. «Nuestro objetivo es ofrecer un espacio integral que combine terapia, educación y apoyo familiar«, concluye.

Con campañas como la de UNIR y la labor diaria de instituciones como la Fundación Querer, el camino hacia una mayor comprensión y aceptación del autismo se ilumina, promoviendo una sociedad más justa para todos.