El verano es una excelente oportunidad para que los niños con trastornos neurológicos disfruten de actividades enriquecedoras que les ayuden a desarrollar habilidades y explorar nuevos intereses. Jesús García, profesor de Educación Especial, comparte algunas recomendaciones de planes veraniegos, enfocados desde el área de ciencias y el área de arte, que pueden ser muy beneficiosos.
Explorar el Museo Sorolla
Jesús García sugiere visitar el Museo Sorolla en Madrid, destacando su relevancia tanto por la ubicación céntrica como por las temáticas veraniegas presentes en muchas de las obras del pintor Joaquín Sorolla. «El arte es una vía maravillosa para estimular la creatividad y la expresión emocional de los niños. El Museo Sorolla, con sus cuadros llenos de luz y escenas veraniegas, ofrece una experiencia sensorial que puede ser muy gratificante», comenta García.
El museo no solo ofrece una inmersión en la obra de uno de los artistas más destacados de España, sino que también brinda un entorno tranquilo y accesible, ideal para niños con necesidades especiales. Los talleres y actividades educativas del museo están diseñados para ser inclusivos, permitiendo a los niños participar y aprender a su propio ritmo.
Excursión a los campos de lavanda en Brihuega
Desde el área de ciencias, García recomienda una excursión a los campos de lavanda en Brihuega, situados a aproximadamente una hora de Madrid. Este destino no solo es un espectáculo visual con sus vastos campos morados en pleno florecimiento, sino que también ofrece una excelente oportunidad educativa. «Explorar la naturaleza es esencial para los niños. Los campos de lavanda en Brihuega permiten a los pequeños descubrir el ciclo de vida de las plantas, los ecosistemas y la importancia de la biodiversidad», señala el profesor.
Esta excursión puede incluir actividades como la observación de insectos polinizadores, la recolección de muestras para estudiar en casa o en el aula, y aprender sobre la producción de aceites esenciales y otros productos derivados de la lavanda. Además, el entorno natural ofrece un espacio amplio y seguro para que los niños se muevan y jueguen libremente, lo que es particularmente beneficioso para aquellos con hiperactividad o que necesitan estimulación sensorial constante.
Actividades adaptadas
Además de estas dos actividades específicas, Jesús García sugiere planificar actividades que fomenten la interacción social y el aprendizaje continuo. «Es fundamental que los padres busquen actividades que sean inclusivas y que se adapten a las necesidades particulares de sus hijos. Desde talleres de música y danza hasta clases de cocina o visitas a parques temáticos, las opciones son variadas y pueden adaptarse para ser accesibles para todos», explica.
Otras actividades
Desde El Cole de Celia y Pepe, de la Fundación Querer, añaden más propuestas para este verano.
Talleres de música y arte: Actividades que estimulan la creatividad y la expresión emocional.
Visitas a zoológicos y acuarios: Experiencias sensoriales ricas y oportunidades educativas sobre la fauna.
Piscinas adaptadas: Beneficiosas para la terapia física y la recreación segura.
Cine y teatro inclusivo: Proyecciones y obras adaptadas para niños con necesidades especiales.
El profesor Jesús García también enfatiza la importancia de la planificación y la anticipación de las necesidades específicas de cada niño. «Comunicar con anticipación a los organizadores de actividades sobre cualquier necesidad especial puede garantizar una experiencia positiva y segura para todos los involucrados», concluye.