El auditorio de Caixa Fórum, en Madrid, ha albergado la segunda y última jornada del V Congreso Nacional y II Internacional de Educación Especial impulsado por la Asociación Nacional de Centros de Educación Especial, ANCEE, y la Fundación Promiva.
La periodista y presidenta de la Fundación Querer, Pilar García de la Granja ha sido la encargada de abrir plaza. «La Administración debe preocuparse de garantizar el derecho a aprender de todos los niños, independientemente de las convicciones de cada Gobierno. Parece que los colegios de la Especial no son colegios, o lo son menos, cuando son tan colegios como los de la Ordinaria», ha arrancado la moderadora de la primera mesa, quien ha lanzado varias preguntas a los presentes en el Auditorio. «¿Es menos niño uno que va a un centro de Especial? ¿Son mejores los que van a la Ordinaria? ¿Alguien piensa eso? ¿Creen que, al ser peores los de Especial, hay que llevarlos, obligados, a la Ordinaria? Hay alguien que habla de ésto sin ponerse colorado», ha asegurado la periodista en su turno de intervención.
«La Ley Celaá quiere acabar con la Educación Especial pero no se pregunta qué necesita el niño más allá del eslogan. Si tienes un cáncer, por muy inclusivo que sea el hospital, no te mandan al trauma o al urólogo por muy médicos que sean todos. En la educación debe ser igual«, ha afirmado García de la Granja.
La principal mesa redonda ha girado entorno sobre los aspectos jurídicos y terminológicos de la Educación Especial. Mar Ugarte, Vicepresidenta del Consejo Español en Defensa de la Discapacidad y la Dependencia, CEDDD. «Hay veces que en la Ordinaria se encuentran con un brote o una epilepsia. No están preparados para dar respuesta. Y no les estoy criticando. Bastante tienen los pobres. Pero hay que reconocer que no están preparados para ciertos escenarios. Es algo de sentido común», ha asegurado Ugarte. La vicepresidenta ha lamentado que todo el debate sobre la Educación Especial esté marcado por la ideologización.
«Se está manoseando la palabra inclusión. Estamos condicionando todo a un presentismo en el aula. Los colegios de Educación Especial tienen las mismas garantías, cumplen los mismos requisitos y sus profesionales tienen, si no más, la misma formación que la que se puede encontrar en la Ordinaria. Si eso no inclusión, debo estar muy confundida. Y la palabra segregación me parece insultante, me retrotrae a los problemas de racismo. Es durísimo e injusto que a todo lo relacionado con al Especial, incluidos los niños y sus familias, se le tilde de segregador», ha denunciado Ugarte.
La vicepresidente del CEDDD ha aprovechado su intervención para evidenciar el poco fundamento que respaldan los ataques por parte del Gobierno a la Educación Especial. «El CERMI elevó la denuncia de una familia de Castilla y León a Europa. Una denuncia. Vinieron dos observadores europeos para comprobar cómo funciona la Especial en España. Dicen que hicieron 165 entrevistas, pero ninguna fue a una cole especial. Ahora, han hecho un informe diciendo que España segrega en sus centros de Especial. Ese informe se llevó al Ministerio y, ahora, se ha añadido a la Ley de Educación. Este es el rigor que hay. Hay un problema de profunda ideologización del tema. Lo han firmado sin conocer la Especial, sin haber estado en un centro, sin hablar con ningún padre. Se han llegado a apropiar hasta de la terminología. Han conseguido que se hable de la Especial y la Inclusiva. Las dos son inclusivas. Se han apropiado del concepto y han distorsionado el debate», ha concluido Ugarte.
«Es muy fácil hablar de los colegios especializados porque no los conocemos. Todos hemos ido al colegio, nos creemos con la potestad de hablar sobre cómo es un colegio. A la especializada se le tacha de segregar, pero se hace desde el desconocimiento». Así ha arrancado su ponencia Olga Lizasoaín, doctora en Pedagogía y profesora titular de Educación Especial y Pedagogía Hospitalaria en la Universidad de Navarra. «¿De verdad creen que estamos preparados para que la ordinaria asuma la formación de todos los niños en un plazo de 10 años? ¿Qué hay de aquellos niños que siempre necesitarán una educación muy especializada?». Como ejemplo práctico, la especialista ha revelado que, en Navarra, de media, la Educación Ordinaria dedica, por alumno, media hora semanal con el terapeuta. «Y eso que en Navarra no estamos mal de recursos».
Olga Lizasoaín ha puesto sobre la mesa varias cuestiones incómodas para hacer pensar sobre la situación. «Los centros ordinarios creen que tienen la exclusividad de la inclusividad. Y no es así. Además, el término de inclusión queda en entredicho. Cuando quiero incluir es porque ya estoy etiquetando y segregando». Para Lizasoaín, la solución que aporta la Ley de Educación es «desalentadora», pues se queda en la «pura terminología«. «Sólo juegan con las palabras, pero no dan ninguna solución. Quieren pasar de ‘especiales’ a ‘personales’. De ‘inclusión’ a ‘normalización’. Sólo con eso, no llegamos muy lejos. Las familias necesitan apoyo, acompañamiento, reducir su incertidumbre. Inclusión no es para todos, no elimina la discapacidad. No una batalla de términos», ha aseverado la doctora en Pedagogía.
Félix Bejarano, de Boston Consulting Group, ha sido el encargado de llevar la situación de la Especializada a los datos. El estudio se ha realizado a través de un equipo de trabajo internacional, haciendo así un análisis exhaustivo del panorama europeo. «La primera discusión que hemos tenido ha sido la de si incluir o no el concepto de inclusión. Entendemos que va incluida en la propia Educación Especial. La inclusión ya va dentro de un proyecto que quiere formar, dar autonomía y dar una vida laboral a las personas con discapacidad», ha asegurado Bejarano.
«El colegio es un medio que te da las capacidades para llegar a eso. La Especializada busca alcanzar la mayor tasa de éxito de estos estudiantes, que aumente el nivel de satisfacción de alumnos, profesores y familiares. Busca una vida laboral diversa, para que todos puedan encontrar su productividad y el éxito laboral según sus propias capacidades», ha explicado el ponente.
Tras la exposición de la muestra de datos, el consultor Félix Bejarano ha facilitado a los presentes las conclusiones que ha alcanzado el estudio. «No todos los niños con discapacidad son iguales. Viendo estos datos, quizá no sea adecuado que todos los colegios especiales no abarquen todas las discapacidades. Sería conveniente especificar la educación, seguir avanzando en leyes y hacia una regulación sobre la Educación Especial que deje claros los objetivos», ha concluido.