[vc_row][vc_column width=»2/3″][vc_column_text]Antonio Alberto Fernández
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Esa figura del maestro/a de Educación Especial
En este segundo post quería hacer alusión a la Discapacidad Intelectual (en adelante DI) e invitaros a navegar un poco por el lo que puede implicar.
En primer lugar me gustaría hacer referencia a Schalok y Verdugo, los cuales vienen a definirla de la siguiente forma:
“La Discapacidad Intelectual se caracteriza por limitaciones significativas
tanto en funcionamiento intelectual como en conducta adaptativa tal y
como se ha manifestado en habilidades adaptativas conceptuales,
sociales y prácticas. Esta discapacidad aparece antes de los 18 años”
De esta definición apreciamos tres aspectos fundamentales;
– Un funcionamiento intelectual, que puede establecerse en función del Coeficiente Intelectual obtenido a través de pruebas estandarizadas.
– Las habilidades adaptativas.
– Aparición antes de los 18 años.
No obstante, desde mi punto de vista no basta con quedarse en la definición y estos aspectos fundamentales. Sino que me parece fundamental entenderla, pensar qué significan y lo que conllevan.
Lo principal es no quedarse en algo tan básico como que las personas con DI tienen limitaciones y no llegan a conseguir ciertas cosas. Este pensamiento podría reformularse en la idea de que estas personas simplemente necesitan más tiempo para llegar a conseguirlas. O que tengamos que buscar aquellos apoyos necesarios para ello. Tal y como podría a pasar cada persona en ciertos ámbitos de su vida.
Para poder entender qué significa la DI, voy a proponer algunos ejemplos.
Por una parte, las personas con DI necesitan apoyo para la comprensión. Por ejemplo de un entorno que a veces va muy rápido (al ritmo que aparecen las imágenes este video
Imaginemos que hacemos un viaje a alguna ciudad caracterizada por su superpoblación y su ritmo social acelerado, y de repente nos encontramos en un entorno en el que la circulación se realiza en todos los sentidos, la gente va corriendo, no entendemos el idioma, las señales, etc. Podríamos sentirnos desorientados/as dentro de esa masificación y “caos”. Quizás podríamos tener cierto bloqueo por no saber cómo actuar o qué hacer. Siendo más fácil este momento con una persona familiarizada con el entorno. Esta vivencia la pueden experimentar las personas con DI con más frecuencia de la que podemos pensar.
Ahora, relacionado también con la comprensión, intentemos leer la siguiente oración:
子供は公園でボールで遊ぶ
De primeras, la mayoría de la población que no tenga conocimientos sobre la lengua japonesa no la podría leer. No obstante, si esa oración va acompañada de ciertos apoyos visuales, seguramente seamos capaces de descifrarla y entender que en ella pone “el niño juega con la pelota en el parque”.
子供は公園でボールで遊ぶ
Pongámonos en la situación en la que estamos aprendiendo un idioma nuevo e intentamos escuchar a alguien en esa lengua. La dificultad para comprenderlo nos lleva a perder la atención, o a realizar un gran esfuerzo por mantenerla. Si esta persona nos habla más despacio e intenta hacer que lo entendamos, puede que nos sea más fácil la comprensión. Por ello a veces las personas con DI necesitan que adaptemos nuestro lenguaje y comunicación.
Si pensamos, a todos y todas nos resultará familiar la situación en la que estábamos pensando algo y de repente no nos acordamos de lo que teníamos en la cabeza. O también nos resultará familiar la frase”lo tengo en la punta de la lengua”. En ambas situaciones buscamos las herramientas cognitivas para poder acceder a esa información. No obstante a veces no llegamos a encontrar las herramientas y ello puede generarnos cierta sensación de frustración. Esta situación suele darse en las personas con DI, para la que pueden necesitar apoyo.
La baja flexibilidad cognitiva ante los cambios que pueden poseer las personas con DI la podríamos comparar con el siguiente ejemplo. A más de uno y de una se nos habrá dado la situación en la que vamos a coger un vuelo y éste ha sido retrasado. No nos parecería demasiado raro perder los nervios, ya que no entendemos qué pasa y lo argumentamos con que no nos dan ninguna explicación. La cosa cambiaría si esa explicación fuera ofrecida desde el principio y tras razonarla la entendemos. Esto le ocurre a algunas personas con DI en muchas ocasiones, necesitan una explicación o anticipación a aquellos cambios que les imponemos.
Podríamos imaginar más ejemplos con los que entender qué significa eso de la Discapacidad Intelectual, o qué pueden sentir/experimentar estas personas. Al final, este término no deja de ser eso, una etiqueta. Y con un poco de empatía podemos comprender qué es lo que conlleva. Lo que nosotros podríamos pensar como situaciones anecdóticas y que no influyen demasiado en nuestra vida, en las personas con DI requieren un esfuerzo y un trabajo. Así como en ciertas situaciones, un sentimiento de frustración.
Concluyendo, entender la Discapacidad Intelectual es tratar de comprender cómo funciona una persona para intentar que su desarrollo y calidad de vida sean las mejores posibles.
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