[vc_row][vc_column width=»2/3″][vc_column_text]Andrea Rodríguez Martínez[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/3″][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column width=»2/3″][vc_column_text]
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Juegos para fomentar la escucha
Muchos de los niños en la educación ordinaria tienen dificultades de concentración, escucha, comunicación, etc; pero cuando se trata de alumnos con necesidades educativas especiales, la mayoría de estas dificultades se multiplican. Por ello es esencial prestar continuamente atención a sus evoluciones, para ir corrigiendo posibles desajustes y poder así reconducir la práctica.
Comunicarse va unido a saber escuchar. Algo que parece tan simple y en cambio para muchos niños es tan complicado. Uno de los objetivos clave y primordial que la escuela debería perseguir es intentar conseguir que los niños, desde pequeños, aprendan a escuchar; habilidad fundamental en el día a día.
Por naturaleza los niños son impacientes, se distraen con facilidad, pierden el interés y por lo tanto dejan de escuchar. Esto sumado a niños que tienen trastorno del lenguaje es un gran reto.
Trabajando con niños que tienen dificultades en el lenguaje y/o en la comprensión, es fundamental que puedan seguir instrucciones simples para poder realizar las actividades o juegos que les proponemos. Este trabajo es más fácil en terapias one to one; sin embargo cuando estas instrucciones son dadas a un grupo de niños, la cosa cambia. Muchos de estos niños tienden a imitar o copiar a otros y se sienten completamente perdidos.
Este tema es difícil de trabajar. Por ello considero que lo primero que se debe hacer es observar a los niños en el aula y averiguar qué ocurre y qué dificultades tienen. Quizás no estamos usando un vocabulario correcto o hablamos demasiado sin dar unas instrucciones sencillas y claras e incluso puede que los niños desvíen su atención con facilidad. Todas estas dificultades tenemos que tenerlas en cuenta y ser conscientes de lo que ocurre a nuestro alrededor.
Una vez analizadas las dificultades que tienen para escuchar, hablar y comprender, el siguiente paso sería crear y realizar juegos con ellos para paliar estas dificultades, sobre todo para que aprendan a escuchar.
El juego es la actividad natural de los niños. A través de él podemos trabajar con ellos diferentes tareas que les ayuden a desarrollar diferentes capacidades. Al jugar, al participar y al enseñar, los niños memorizan la experiencia y lo que han aprendido.
Por ello, este artículo de la semana está enfocado en juegos que podemos hacer con los niños, en el aula y en pequeño grupo para enseñarles las habilidades básicas de comunicación, como por ejemplo la capacidad de escucha o el respeto por el turno de palabra… Estas habilidades son fundamentales para su desarrollo social, y contribuirán a crear una comunicación rica y efectiva tanto en el colegio como en la familia.
A parte de ejercitar, desarrollar y potenciar todas estas capacidades y habilidades, los niños también aprenden y adquieren conocimientos acerca de diferentes temas.
Estos juegos o actividades tienen que captar su interés, ser lúdicos, divertidos y a la vez educativos. Nuestra comunicación con ellos deberá ser a través de frases cortas y directas, evitando distracciones y siempre mirándoles a los ojos.
A continuación explico algunos de los juegos que nos servirán en el aula para potenciar la escucha en los niños y, a su vez, trabajar diferentes habilidades y capacidades como la atención, la concentración o el respeto.
- “Levantarse si…”. Este juego consiste en escuchar y actuar de acuerdo a las instrucciones que el profesor dará. Los niños, sentados en un círculo, escucharán diferentes órdenes sencillas y actuarán en consecuencia. Por ejemplo: “levantarse si eres una niña” o “levantarse si tienes un hermano”. El objetivo de este juego es que los niños realmente tienen que escuchar y decidir si cada instrucción se aplica a ellos mismos.
- “Ensalada de frutas”. Hay varias maneras de jugar a este juego. El nivel más sencillo es dar a cada niño una imagen de una fruta. A continuación el profesor dirá dos de las frutas y los niños que tengan esa fruta tendrán que intercambiarse los lugares (por ejemplo, «plátano y naranja»). En cambio, si el profesor dice «ensalada de frutas», todos los niños tendrán que levantarse y cambiarse de lugar. Alternativamente, es importante intercambiar las fotos de los niños después de unas cuantas vueltas, de modo que ahora tendrán una fruta diferente diferente. Se puede hacer un poco más complicado dejándoles ver la fruta a cada niño pero luego quitándoles la tarjeta con el objetivo de que retengan su fruta sin ninguna ayuda visual.
- “Patata caliente”. Previamente el profesor piensa una categoría o tema que quiera trabajar con los niños (alimentos, ropa, animales…). En esta actividad se juega con una pelota. Cada vez que el niño tenga la pelota tendrá que decir un elemento que encaje con la categoría que se ha elegido. Después el niño le pasará la pelota a un compañero; y así sucesivamente. En teoría, se supone que se tiene que pasar la pelota rápidamente (de ahí el nombre de patata caliente), pero para algunos niños es difícil si tienen dificultades en la expresión o en la memoria. Lo importante en este juego es intentar que no se repita ningún elemento, o por lo menos, que no se repita el último o penúltimo nombre que se haya dicho.
- “Escucha atenta”. En este juego vamos a leer un cuento. Antes de empezar la lectura se les dirá a los niños que hagan una acción determinada (levantar la mano, dar una palmada…) cada vez que escuchen una palabra determinada. Es una actividad muy buena para la discriminación auditiva.
- “Fui de compras”. Este es un juego muy popular con el que los niños se divierten mucho. El profesor o un niño tiene que comenzar diciendo «ayer fuimos de compras y compramos…» y agrega un elemento al final (el tema que se quiera) Por ejemplo “ayer fuimos de compras y compramos lentejas” El siguiente niño tiene que repetir lo que dijo el anterior y añadir algo más a la lista (por ejemplo lentejas y huevos). Así sucesivamente hasta que un niño ya no pueda recordar o la lista sea muy larga para ellos. También se pueden utilizar otras oraciones como «fuimos al espacio y vimos…» o «fuimos de vacaciones y nos llevamos…». Este juego tiene como principal objetivo trabajar la memoria auditiva. A veces, para algunos niños es complicado; en este caso el profesor podrá ayudarle y reforzarle dándole una pista o ayudarle a recordar un elemento de la lista mediante una pregunta.
- “Simon Says”. No me detendré mucho en detallar cómo es este juego tan conocido en todo el mundo. Es importante recalcarle a los niños en la explicación que solamente se llevará a cabo la acción siempre que se diga delante “Simon dice”. Por ejemplo, “ Simon dice que nos toquemos la pierna derecha” En ocasiones, nos saltaremos la parte de “Simon dice” para comprobar si los niños prestan atención. Una buena idea es dejar también a los niños que sean los protagonistas y que den ellos las instrucciones y no sólo el profesor.
- “Teléfono estropeado”. Otro juego, también muy conocido para los niños, es el teléfono estropeado o escacharrado. Los niños deberán ponerse en fila y el primero o el profesor inicia el juego diciéndole al siguiente una palabra o frase. El mensaje tendrá que trasmitirse a lo largo de toda la fila de la misma manera. Al finalizar se comprobará si el mensaje llegó intacto o con modificaciones. Se puede empezar diciendo una palabra e ir aumentando la dificultad.
- “El sombrero de hablar”. Para este juego los niños deberán colocarse sentados formando un semicírculo y, en frente, el profesor, quien tendrá en sus manos unas tarjetas con dibujos de diferentes temas de los que hablar. El profesor cogerá una tarjeta al azar y los niños deberán hablar de ese tema respetando los turnos. Para esto y para que todos sean conscientes de quién tiene el turno de palabra, el alumno que vaya a hablar deberá tener puesto un sombrero, que será el indicador de que tiene el turno de palabra. El tiempo que deben hablar estará marcado por un pequeño reloj de arena (1 minuto aproximadamente) y su conversación será apoyada por el educador. Una vez pasado el tiempo, el niño que lleva el sombrero se lo cederá al compañero que se lo pida o al que él quiera.
Todos estos juegos, en ocasiones, son muy difíciles especialmente para aquellos niños con dificultades en el lenguaje. Por lo tanto hay que tener en cuenta algunas sugerencias acerca de cómo llevar la dinámica de estos juegos:
- Demostración mediante el ejemplo: A menudo, la descripción de cómo jugar puede ser confuso y difícil de entender para los niños. Mostrarles varias veces cómo se juega y no esperar que ellos consigan la idea inmediatamente es fundamental.
- Flexibilidad: Esto parece contradecir el punto anterior, pero es importante ser conscientes de que para algunos niños es complicado involucrarse en estos juegos y no están preparados para ellos todavía. Si después de muchos intentos el niño sigue con dificultades, lo mejor es volver a intentarlo en otro momento o modificar la manera de jugar. Quizás se necesita trabajar también otras habilidades con ese niño en particular.
- Apoyo y motivación: Es importante que un adulto (otro profesor o auxiliar) esté sentado junto a los niños jugando de la misma manera y que les brinde apoyo cuando considere necesario. Por ejemplo, en el juego “ensalada de frutas”, el adulto puede repetir el nombre de la fruta señalando a la imagen. Motivarles, a través un lenguaje positivo, es esencial para que ellos adquieran una confianza en si mismos y se sientan reforzados.
- Constancia: A muchos niños, sobre todo si tienen trastorno del lenguaje, les cuesta empezar y captar las ideas del juego pero después de esforzarse y jugar unas cuantas veces, estos comienzan a captar la idea. La primera vez que se juega suele ser un auténtico desastre pero con apoyo y perseverancia, gradualmente los niños serán capaces de jugar independientemente.
Bien es cierto que una de las habilidades que menos se trabajan en las aulas es la habilidad de la escucha, es decir, el desarrollo de la percepción auditiva. De aquí deriva uno de los grandes problemas en el sistema educativo. Saber escuchar y prestar atención es muy importante durante el proceso de aprendizaje, por ello se convierte en un actor fundamental en la interacción con los demás, tanto en el ámbito social, como en el ámbito escolar. Por lo tanto es indispensable enseñar a los niños a saber escuchar atentamente y a valorar la intervención de los demás y así poder mejorar, de manera significativa, la habilidad comunicativa.
Esta escucha de los niños dependerá, por un lado, de la calidad de las estrategias y recursos que los profesores utilizamos en nuestras clases; y por otro lado, de cómo nosotros, como principal ejemplo de los niños, sepamos escuchar.
En definitiva, tal y como decía Paulo Freire, enseñar exige también saber escuchar.
“Cuando hablas, solo repites lo que ya sabes; pero cuando escuchas quizás aprendas algo nuevo” Dalai Lama.
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Andrea Rodríguez Martínez
Diplomada en Educación Infantil.
Licenciada en Psicopedagogía.
Amplia experiencia docente en enseñanza infantil y primaria.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/3″][/vc_column][/vc_row]