La motricidad fina no sólo nos permite hacer movimientos pequeños y precisos, también es una actividad que le da significado a otros movimientos, permite mejorar el control de la motricidad gruesa y va de la mano con el desarrollo del sistema neurológico. Es, en ese sentido, una parte fundamental en el aprendizaje de los niños y por eso, expertos como las educadoras infantiles, aconsejan no dejarlo de lado en los procesos de formación.
Cabe mencionar, que desarrollar la habilidad no es sencillo, implica procesos complejos y exige la participación de muchas áreas del cerebro relacionadas con funciones musculares, esqueléticas y además, neurológicas. Pero si bien es un proceso complejo, existen actividades perfectas para potenciar este desarrollo, el cual está vinculado al desarrollo de algunos procesos cognitivos importantes en el aprendizaje de habilidades como la lectura y la escritura.
A continuación te presentamos algunas de estas actividades vitales en los procesos de formación que se llevan a cabo tanto en casa, como en los jardines infantiles en el reportaje que nos ofrece ELIGEEDUCAR aquí