¿Sabías que tenemos siete sentidos y no cinco? Los que todos conocemos: la vista, el olfato, el tacto, la audición, el sabor. Pero también está la propiocepción y el sentido vestibular. Este último capta los estímulos a través del aparato vestibular que se encuentra en el oído interno y permite desarrollar el equilibrio y la coordinación de los movimientos de los ojos, la cabeza y el cuerpo. Como todos los demás sentidos, ¡el sistema vestibular es importante!
Algunos niños tienen un desorden sensorial. Los niños y adolescentes con trastornos del tratamiento sensorial tienen dificultades para interpretar la información que perciben sus sentidos. Por esta razón, a veces reaccionan demasiado o no lo suficiente a las sensaciones que perciben y tienen dificultades para mantener el nivel adecuado de vigilancia para llevar a cabo la tarea.
Se pueden definir tres tipos de desorden de los procesos sensoriales:
– Los trastornos motores de origen sensorial: problemas de estabilización/equilibrio, trastornos de praxis…
– Los trastornos de discriminación sensorial: dificultades para percibir las similitudes y las diferencias entre las sensaciones.
– Los trastornos de la modulación sensorial: hipersensibilidad, hipersensibilidad e investigación sensorial. Estos últimos trastornos afectan tanto al sistema vestibular como a la propiocepción.
En este artículo nos centraremos en los trastornos de la modulación sensorial y más precisamente en el sentido vestibular. A través de un cartel le damos 12 actividades vestibulares que realizar para los niños con hipersensibilidad a los flujos vestibulares (tiene miedo del movimiento y lo evita) o hipersensibilidad a los flujos vestibulares (en constante búsqueda de movimientos).
Cada actividad se puede realizar en el hogar o en un entorno cercano al hogar, pero es importante consultar a un profesional como un terapeuta ocupacional para trabajar con su hijo.
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